jueves, 10 de noviembre de 2011
HOY COMIENZA!!!!!!!
SEMINARIO:
"PILARES DE LA METAFÍSICA"
PARA ENCONTRAR LA FELICIDAD PERFECTA
10 - 11 y 12 de noviembre
18 a 20 h
ESCUELA METAFÍSICA MAITREYA
Dirección: SARMIENTO 635
Ciudad: CONCEPCIÓN DEL URUGUAY
Provincia: ENTRE RÍOS
País: ARGENTINA
Telef. 03442 433972 y 03442 1555 2145
El Perdón. La Puerta hacia la Libertad Interior (1º parte)
a más poderosa del Universo, y es la puerta hacia la libertad. Pues sólo perdonando a los demás y a ti mismo podrás sentirte libre interiormente.
El perdón proviene del Amor, por eso sólo puedes perdonar y perdonarte si te amas a ti mismo. Después, sentirás un Amor aún más profundo, el Amor se habrá expandido. Perdonar es el mayor regalo que puedes darte a ti mismo.
A veces tenemos ciertas resistencias a perdonar. Pensamos que si nos perdonamos o perdonamos a alguien, le estaremos quitando importancia a lo sucedido.
Pero en realidad no se trata de perdonar lo que uno mismo o el otro hizo. Se trata de perdonar el por qué actuamos de determinado modo.
Si abres tu corazón de verdad a alguien, por ejemplo, y esa persona te engaña y te traiciona, quizás te resulte difícil perdonarle, pues tu mente te dirá que lo que ha hecho es injusto y cruel. Imperdonable. Al fin de cuentas tú le entregaste lo mejor de ti, y le amaste de verdad.
Pero si expresas la ira o el profundo dolor que quizás sientas, y luego meditas acerca de todas las lecciones que esa experiencia te trae y las integras, el perdón llegará de un modo fácil, sin esfuerzo.
No perdonas la traición en sí misma, sino los motivos que le llevaron a esa persona a actuar de aquel modo. Quizás haya sido el miedo a estar vulnerable y abrirse de verdad. O tal vez la persona no se sentía merecedora de tu Amor, pues se sentía culpable de sus “errores” pasados, o simplemente no se amaba a sí misma lo suficiente. Entonces puedes ponerte en su lugar, puedes comprender sus limitaciones, y perdonarle por esas razones se torna más fácil. La persona estaba, sencillamente, asustada y herida.
Entonces guardarás en tu memoria y en el corazón todos aquellos momentos hermosos y mágicos compartidos, y todo lo demás caerá en el olvido por sí mismo.
También irás comprendiendo que los demás son apenas “tu espejo” Y cuando el otro actúa de un modo que te hiere de alguna manera, te está mostrando, aún sin ser consciente, algo que debes sanar en ti mismo.
Otra resistencia a perdonar proviene del miedo de que, al hacerlo, uno se vea en la obligación de reconciliarse con el otro. Pero esto no es necesario si no lo sientes, o no es lo adecuado para ti y tu crecimiento.
Recuerda que la función del perdón es liberarte. Te perdonas y perdonas al otro para recuperar la libertad de tu alma. Y por eso mismo el perdón no conlleva ninguna obligación con los demás.
Es importante tener en cuenta que el perdón no es otorgado desde una posición de superioridad. Si lo consideras de este modo, tendrás resistencias para perdonar, porque te sentirás incómodo o inadecuado. O entrarás en una sutil lucha de poder, que es exactamente lo opuesto a lo que el perdón brinda.
El perdón proviene del Amor, por eso sólo puedes perdonar y perdonarte si te amas a ti mismo. Después, sentirás un Amor aún más profundo, el Amor se habrá expandido. Perdonar es el mayor regalo que puedes darte a ti mismo.
A veces tenemos ciertas resistencias a perdonar. Pensamos que si nos perdonamos o perdonamos a alguien, le estaremos quitando importancia a lo sucedido.
Pero en realidad no se trata de perdonar lo que uno mismo o el otro hizo. Se trata de perdonar el por qué actuamos de determinado modo.
Si abres tu corazón de verdad a alguien, por ejemplo, y esa persona te engaña y te traiciona, quizás te resulte difícil perdonarle, pues tu mente te dirá que lo que ha hecho es injusto y cruel. Imperdonable. Al fin de cuentas tú le entregaste lo mejor de ti, y le amaste de verdad.
Pero si expresas la ira o el profundo dolor que quizás sientas, y luego meditas acerca de todas las lecciones que esa experiencia te trae y las integras, el perdón llegará de un modo fácil, sin esfuerzo.
No perdonas la traición en sí misma, sino los motivos que le llevaron a esa persona a actuar de aquel modo. Quizás haya sido el miedo a estar vulnerable y abrirse de verdad. O tal vez la persona no se sentía merecedora de tu Amor, pues se sentía culpable de sus “errores” pasados, o simplemente no se amaba a sí misma lo suficiente. Entonces puedes ponerte en su lugar, puedes comprender sus limitaciones, y perdonarle por esas razones se torna más fácil. La persona estaba, sencillamente, asustada y herida.
Entonces guardarás en tu memoria y en el corazón todos aquellos momentos hermosos y mágicos compartidos, y todo lo demás caerá en el olvido por sí mismo.
También irás comprendiendo que los demás son apenas “tu espejo” Y cuando el otro actúa de un modo que te hiere de alguna manera, te está mostrando, aún sin ser consciente, algo que debes sanar en ti mismo.
Otra resistencia a perdonar proviene del miedo de que, al hacerlo, uno se vea en la obligación de reconciliarse con el otro. Pero esto no es necesario si no lo sientes, o no es lo adecuado para ti y tu crecimiento.
Recuerda que la función del perdón es liberarte. Te perdonas y perdonas al otro para recuperar la libertad de tu alma. Y por eso mismo el perdón no conlleva ninguna obligación con los demás.
Es importante tener en cuenta que el perdón no es otorgado desde una posición de superioridad. Si lo consideras de este modo, tendrás resistencias para perdonar, porque te sentirás incómodo o inadecuado. O entrarás en una sutil lucha de poder, que es exactamente lo opuesto a lo que el perdón brinda.
En lugar de pedirle perdón a alguien es mucho más sano y efectivo sentir arrepentimiento, y no culpa, y decirle al otro de un modo sincero y profundo: “Lo siento, lo siento mucho”.
De este modo ambos permanecen en una posición de igualdad, y pueden compartir el dolor o el pesar que sienten por lo sucedido. Entonces pueden perdonar y perdonarse de un modo humano, natural y abierto. Y en ese proceso el Amor se profundiza, y el perdón realmente libera a ambos.
Muchas veces nos resulta más fácil perdonar al otro que a nosotros mismos.
Si fuiste tú quien engañó y traicionó al otro, por ejemplo, perdonarte a ti mismo puede resultarte difícil. Sabes que has herido profundamente a alguien que se había abierto y confiado en ti, y quizás piensas que has sido un cobarde y has actuado de un modo cruel.
Las voces de la sociedad o de la religión te acosarán -la voz de ese juez que todos llevamos dentro-, diciéndote que te mereces un castigo.
Y comienzas a castigarte a ti mismo inconscientemente, de diversas maneras: tienes un accidente, empiezas a usar drogas o a beber alcohol, te involucras en otra relación que es destructiva, pierdes tu empleo, etc.
Pero si te detienes a tiempo, antes de entrar en esa dinámica demoledora, y expresas el dolor que te produce darte cuenta de lo que has hecho, el perdón a ti mismo ya está en camino.
Te haces responsable y expresas a solas lo que sientes.
Luego meditas acerca de las razones que te llevaron a actuar de aquel modo, y te perdonas por ellas, te perdonas por los motivos que te llevaron a ocasionar dolor en el otro. Y aprendes las lecciones, y las digieres y las integras, para así evitar volver a actuar del mismo modo la próxima vez que alguien se abra de verdad contigo.
Si no aprendes esas lecciones a fondo, podrás tener una infinidad de relaciones, por ejemplo, pero tarde o temprano actuarás del mismo modo con todas ellas.
Entonces perdonarte se hará más difícil, pues irás acumulando en tu historia personal una larga serie de traiciones, y posiblemente caerás en patrones auto-destructivos, o caerás en la negación del Amor; no permitirás amarte ni amar de verdad a nadie nunca, lo cual hará que tu vida carezca de un verdadero sentido.
Recuerda que sin perdón no puede haber Amor, ni por los demás ni por ti mismo. El perdón es la mayor fuerza liberadora que existe en todo el Universo. Al perdonarte y perdonar al otro, ambos son liberados. Ya están libres, ya sea para seguir con la relación pero de un nuevo modo, o para que cada uno pueda seguir su respectivo camino.
Recuerda que te mereces perdonarte siempre, no importa lo que hayas hecho o haya sucedido.
El perdón te conduce al verdadero Amor, al Amor incondicional, al Amor eterno e infinito.
De este modo ambos permanecen en una posición de igualdad, y pueden compartir el dolor o el pesar que sienten por lo sucedido. Entonces pueden perdonar y perdonarse de un modo humano, natural y abierto. Y en ese proceso el Amor se profundiza, y el perdón realmente libera a ambos.
Muchas veces nos resulta más fácil perdonar al otro que a nosotros mismos.
Si fuiste tú quien engañó y traicionó al otro, por ejemplo, perdonarte a ti mismo puede resultarte difícil. Sabes que has herido profundamente a alguien que se había abierto y confiado en ti, y quizás piensas que has sido un cobarde y has actuado de un modo cruel.
Las voces de la sociedad o de la religión te acosarán -la voz de ese juez que todos llevamos dentro-, diciéndote que te mereces un castigo.
Y comienzas a castigarte a ti mismo inconscientemente, de diversas maneras: tienes un accidente, empiezas a usar drogas o a beber alcohol, te involucras en otra relación que es destructiva, pierdes tu empleo, etc.
Pero si te detienes a tiempo, antes de entrar en esa dinámica demoledora, y expresas el dolor que te produce darte cuenta de lo que has hecho, el perdón a ti mismo ya está en camino.
Te haces responsable y expresas a solas lo que sientes.
Luego meditas acerca de las razones que te llevaron a actuar de aquel modo, y te perdonas por ellas, te perdonas por los motivos que te llevaron a ocasionar dolor en el otro. Y aprendes las lecciones, y las digieres y las integras, para así evitar volver a actuar del mismo modo la próxima vez que alguien se abra de verdad contigo.
Si no aprendes esas lecciones a fondo, podrás tener una infinidad de relaciones, por ejemplo, pero tarde o temprano actuarás del mismo modo con todas ellas.
Entonces perdonarte se hará más difícil, pues irás acumulando en tu historia personal una larga serie de traiciones, y posiblemente caerás en patrones auto-destructivos, o caerás en la negación del Amor; no permitirás amarte ni amar de verdad a nadie nunca, lo cual hará que tu vida carezca de un verdadero sentido.
Recuerda que sin perdón no puede haber Amor, ni por los demás ni por ti mismo. El perdón es la mayor fuerza liberadora que existe en todo el Universo. Al perdonarte y perdonar al otro, ambos son liberados. Ya están libres, ya sea para seguir con la relación pero de un nuevo modo, o para que cada uno pueda seguir su respectivo camino.
Recuerda que te mereces perdonarte siempre, no importa lo que hayas hecho o haya sucedido.
El perdón te conduce al verdadero Amor, al Amor incondicional, al Amor eterno e infinito.
Perdona. pezar. Pero sólo cuando perdonamos es cuando aprendemos a crecer y ser mejores personas, el perdón nos hace libres, no te ates a la amargura, mereces la felicidad; No pierdas el tiempo en pensar lo que te dañó; más bien piensa que eres la clase de persona que supera todo.
ASCLEPIO NOS HABLA
Dice el amado Asclepio:
“El poder de la mente para construir o destruir, se ejemplifica de manera sorprendente en el cuerpo humano. Cualquier cosa que afirmemos como verdadera con relación a nosotros ("me siento enfermo", o "estoy viejo" por ejemplo), se manifestará en alguna parte en el momento oportuno. Cualquier cosa que neguemos desaparecerá tan pronto la ley haya tenido tiempo de trabajar. Por eso, a partir de ahora observa tus pensamientos, tus palabras, a todo lo negativo dile "NO LO ACEPTO"
Cambia tus pensamientos negativos, y verás cómo tu vida, y tu cuerpo manifestarán ARMONÍA, PAZ, y SALUD”
Gracias amado Asclepio. Gracias Padre.
Asclepio: Maestro Ascendido que trabaja bajo la dirección del Maestro Hilarión, en el aspecto Curación del Quinto Rayo Verde. Su Complemento Divino es la Señora Higía.
La Meditación de hoy jueves 10/11/2011
Rayo Verde
Amada Presencia de Dios "YO SOY" en mí, consagro mi vida este día al servicio de Dios, que es el Bien, para que sólo la Perfección tome cuerpo en mi cerebro.
Que mis sentimientos se mantengan en calma, amorosos, bondadosos, felices y dispuestos a ayudar.
Que mis ojos no miren sino Perfección, que mis oídos no escuchen sino Perfección, que mis labios no hablen sino Perfección, que mis manos no hagan sino sanar y bendecir, que mis pies sean mensajeros del Bien, que mi cuerpo sea un instrumento fuerte y dispuesto a llevar la Perfección de Dios a todas partes.
El Amado VISTA (CICLÓPEA), Elohim de la Concentración, la Música y el "Ojo Todo Avizor" de Dios, dice:
“¿Qué puedes efectuar, aun en las actividades mundanas de tu diario vivir, si no tienes concentración? Sin ella sólo hay mediocridad. Apenas se rasguña, como quien dice, la superficie.
Aquellos que resuelven elevarse por encima de las masas, toman una faceta de la vida y la desarrollan con maestría, decidiendo dentro de ellos mismos llegar a la excelencia, por lo menos en esa línea de expresión. Su desarrollo, lo mismo que su eficacia, va de acuerdo con la concentración de esas energías.
La Ley dice que lo que tú comienzas lo puedes cumplir cuando eso está de acuerdo con el Plan Divino de Perfección bien sea la curación, precipitación, libertad económica, juventud eterna o la restauración de un órgano físico. No importa lo que sea, es posible, pero la constancia de mi Rayo es necesaria para lograrlo"
Amado Elohim VISTA: te amo, te bendigo y te doy gracias por Tu gran servicio a nuestra Tierra. Cárgame con Tu Poder de Concentración, para convertirme en Maestro aquí y ahora. Gracias Padre.
Vista: Elohim del Quinto Rayo Verde de la Verdad. Complemento de la Amada Cristal. Su actividad consiste en la concentración y la consagración.
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