domingo, 27 de octubre de 2013

La Observación es una cualidad del Segundo Rayo

OBSERVACIÓN

La Observación es una cualidad del Segundo Rayo, tan importante, que sin ella los demás Aspectos de Dios y Rayos son imposibles de desenvolver.

Observar es percatarse de algo, darse cuenta de un hecho, estar alerta, atento, despierto a lo que sucede, viendo realmente, sin agregarle la fantasía de la mente ni las emociones; sin los conceptos religiosos, políticos, sociales o morales que tenemos grabados.

La Observación es la actividad primordial de mayor importancia entre todas las que se puedan realizar en una Vivencia Espiritual, y pertenece al Segundo Rayo Dorado.

Por medio de la Observación podemos comenzar a transformar el conocimiento en sabiduría, que luego se desarrolla en Omnisciencia; esta, a su vez, se convierte en Iluminación; y la Iluminación nos lleva a la Ascensión, al percatarnos, asumir y Ser la Realidad de nuestro “Yo Soy”, el Existir, la Totalidad de la Vida, los Siete Aspectos de Dios, los Siete Principios y los Siete Planos.

Libro: “Rayo Dorado”, de Rubén Cedeño.

Editorial Manifestación & Editorial Señora Porteña.

PRAJÑÂPÂRAMITÂ

PRAJÑÂPÂRAMITÂ

Existe un Ser Cósmico Primordial del Rayo Dorado llamado Prajñâpâramitâ, que es la Madre de la Sabiduría Trascendental.

Su nombre quiere decir “Sabiduría Perfecta”, la comprensión de uno mismo y de todas las cosas que se puedan  percibir o no.

Tiene como símbolo el libro contentivo del “Sutra del Corazón”, enseñanza de una sabiduría inconmensurable, profundísima, expuesta por el Señor Gautama en Gridhacuta, la Colina de los Buitres, en Rajgir, India, donde expone el gran saber de que todo es “Vacío”, y da inicio a este altísimo y sagrado conocimiento, que es el más elevado de la Tierra.

Es la Iluminación misma.

Cerca del siglo V, el “Prajñâpâramitâ Sutra”  comenzó a ser venerado en India como una Madre, al hacerle ofrendas de incienso, flores y perfumes.
La Madre Prajñâpâramitâ es la personificación y deificación del Sutra, el cual Ella siempre lleva en la mano.

Es como si Ella fuese la enseñanza del Vacío en sí misma, una encarnación del “Verbo Divino”.

El Buddha Vajradhara personifica el Vacío, y Prajñâpâramitâ es su Enseñanza, por eso ambos son complementos.

Ella es considerada la Madre de todos los Buddhas y la Madre Divina más allá de todas las Madres Divinas.

Libro: “Rayo Dorado”, de Rubén Cedeño.
Editorial Manifestación & Editorial Señora Porteña.



EL SEÑOR GAUTAMA DEFINE EL VALOR DEL DHARMA


ASÍ DEFINE EL SEÑOR GAUTAMA EL VALOR DEL DHARMA

“Si alguien llenara todos los Universos imaginables con los tesoros de oro, plata, lapislázuli, cristal, ágata, perlas rojas y cornalina, y todo lo entregara en limosnas, no se tendría mucho mérito, porque el mérito no está en ninguna parte y es igual a no tenerlo.

Pero si, por el contrario, alguien recibe, retiene y practica tan solo cuatro líneas del Dharma y se lo facilita a otros, su mérito será mayor.

Porque este Dharma es el que produce todos los iluminados y la Iluminación Indescriptible.

“Si hubiera tantos ríos Ganges como granitos de arena tiene el Ganges, y si cada uno de esos granitos de arena de cada Ganges se llenara con todos los tesoros del universo y se entregaran en limosna, no sería tan grande ese hecho, como comprender cuatro líneas de este Dharma y explicárselo a otro.

“Dondequiera que aunque sea cuatro líneas del Dharma sean pronunciadas, ese lugar debe ser venerado por todos los reinos de Seres Brillantes, seres humanos, titanes y animales, como si fuera un altar del Buddha, y mucho más todavía si alguien es capaz de recibir, retener y facilitar la totalidad de esta enseñanza.

“El valor que tiene esta Enseñanza no puede ser imaginado, estimado ni ilimitado”.

Libro: “Dharma”, de Rubén Cedeño.

Grupo Editorial Metafísica & Editorial Señora Porteña.