SABIOS
El Sabio es una persona que encarna la Sabiduría, sabiendo la VERDAD sobre las cosas, sin
fantasear con elucubraciones mentales; está claro en todas sus decisiones;
tiene la capacidad de hacerle ver a otros los verdaderos puntos de vista de las
cosas; esto hace que sea completamente incluyente, no rechace ni discrimine, no
importa lo que los demás sean o hagan.
Todo aquel que discrimina y excluye es
un ignorante.
Para ser sabio no es necesario estudiar
mucho ni ir a la universidad; hay que interiorizar lo aprendido, vivenciarlo,
aplicarlo y exteriorizarlo, resolviendo toda situación.
Los seres
humanos que se identifican con la Sabiduría son gente
bellísima, digna de admiración; ellos se desempeñan como buenas madres,
excelentes y comprensivos padres, gobernantes inteligentes, economistas
prósperos, artistas creativos, médicos sanadores, sacerdotes consejeros,
deliciosos cocineros, maestros, filósofos, estudiantes eternos, pensadores,
bibliotecarios.
La Sabiduría nos hace sensibles a todas las cosas,
desde las más minuciosas e imperceptibles hasta las más grandiosas. Esta
sensibilidad proviene de la facultad de observar las cosas en sus más mínimos
detalles.
Al activar la Sabiduría, nos volvemos
totalmente unitivos y nunca se nos pasa por la cabeza el separarnos de alguien
o diferenciarnos.
Por eso, siempre es bueno compartir con los demás seres
humanos, sea comiendo, participando de las actividades de la comunidad con que
convivimos, vistiéndonos en consonancia con los demás, conversando con la gente
y no deseando ser diferentes.
La forma de actuar del Sabio es reunir y
juntar a la gente.
Cuando tomamos una actitud Sabia ante la
vida, siempre estamos inconformes con lo que sabemos y nos consideramos
ignorantes de las cosas; constantemente estamos
pendientes de lo que desconocemos, y vivimos ocupados en adquirir información
sobre lo que nos falta saber; siempre tenemos la mente dirigida hacia lo alto,
adonde tenemos que escalar y llevar a la humanidad; jamás nos ofendemos
cuando nos dicen ignorantes, ya que nos están poniendo al descubierto una
oportunidad para darnos cuenta de que no sabemos y aprender.
LO QUE NOS DA LA
SABIDURÍA
Al activar el Rayo Dorado de la Sabiduría, sobreviene en
nosotros: una fuerza y poder inteligente para todo lo que tenemos que hacer;
intuición para saber las cosas sin haberlas aprendido; inteligencia clara; Amor
a la Sabiduría;
un continente de extraordinaria belleza que produce la Sabiduría; rechazo noble
a la mentira; lealtad a la "Enseñanza Espiritual" y al que nos la
comunica; una sabia calma en todas las acciones de la vida; paciencia ante las
dificultades y los seres humanos que nos atacan; resistencia para perseverar a
pesar de todo lo que nos pueda suceder; un temperamento sereno que nos permite
perdonar y hace que ninguna circunstancia nos perturbe.
LA FALTA QUE NOS HACE LA
SABIDURÍA
La Sabiduría nos hace falta en la vida: para gobernar,
tener inteligencia, amar sin sufrimiento, poder crear obras de arte, sanar a la
gente, vivir pacíficamente y perdonar.
Sin Sabiduría, estamos condenados a
sufrir por ignorancia.
HAY QUE SABER A TODA COSTA
Hemos venido a la Tierra para aprender y
Saber, y si esto no lo hacemos de forma voluntaria, de "motu
proprio", dulcemente y sin sufrimiento, por medio de la observación y
del estudio, necesariamente lo haremos por medio del sufrimiento, con dolorosas
guerras, problemas, penosas enfermedades, forzadas renuncias y grandes
esfuerzos.
CÓMO SER SABIOS
El primer paso para ser sabio es tener el
conocimiento intelectual de las cosas grabado en la memoria; pero esto solo no
basta.
El conocimiento siempre está primero y antecede al saber, que
viene después.
El arquitecto, al diseñar un edificio, primero obtiene la
información teórica del inmueble, los cálculos y la distribución de espacios.
Al dominar esto, entra en la fase creativa, dándole rienda suelta a su
genialidad, intuición, y con esa Sabiduría, construye un bellísimo
edificio.
Antes de pedir un don o desarrollar
cualquier virtud, se debe activar la Sabiduría, que es la madre de todos los demás
dones y virtudes.
Con Sabiduría, podemos tener todo lo demás que deseemos. La Sabiduría nos da
Fortaleza, Iluminación, Amor, Salud, Provisión y Perdón, que son los
"Siete Dones del Espíritu Santo".
SABIO SALOMÓN
Dios le dijo a Salomón, en la visión de
Gabón, que le pidiera lo que quisiera, y él pensó que, si pedía riquezas, solo
tendría riquezas; si pedía amor, solo tendría amor; si pedía poder, solo
tendría poder; pero si pedía Sabiduría, tendría todos los demás dones. Salomón
pidió Sabiduría, Dios se la concedió, y así fue como se convirtió en el Sabio
Salomón.
Hagámonos amigos de la Sabiduría y apliquémosla
en todo lo que nos haga sufrir; así disolveremos toda situación inconveniente,
trayendo bienaventuranza y felicidad.
"Yo Soy envolviendo en el Rayo de
la Sabiduría
esta situación, para que se resuelva ahora".
Sin Sabiduría, no podemos obtener nada, y
si conseguimos algo ignorantemente, se nos desbaratará, ya que la Sabiduría da
sostenimiento, continuidad dentro de la creación, produciendo todo lo bello y
bueno que nos hace felices en la existencia terrena y en la vida celestial
también.
LUGAR DE LA SABIDURÍA
A la Sabiduría no tenemos que ir a buscarla fuera de
nosotros a ningún lugar, ni a una isla en el Caribe, a los Himalayas, con gurú
en la India o
el Tíbet, pues está en nuestro interior, en lo que se llama el Cristo
Interior.
Desde que somos
un feto en el vientre de nuestra madre, la "Sabiduría Divina" ya se
está expresando en cada célula de nuestro organismo, manifestándose en la Inteligencia con la
que mira cada ojo, oye cada oído, respiran la nariz y los pulmones, funciona la
boca, digiere el estómago, late el corazón, circula nuestra sangre, funciona
nuestro cerebro, se mueve cada dedo y funciona todo lo demás.
El grandioso saber de todos los siglos de
evolución del planeta Tierra, las maravillas sobre la Sabiduría humana y
Divina que hemos ido aprendiendo y lo que nos rodea, lo tenemos concentrado
dentro de nuestro corazón, en el "Cristo Interior".
Es fantástico
saber esto, porque podemos extraer de allí todo el saber que requerimos en esta
vida para beneficio nuestro y de todos los que nos rodean.
Del Libro RAYO
DORADO (pág. 65-69) - Autor: RUBÉN CEDEÑO
Edición
Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA