PROTESTA
POR COMPASIÓN
Si me interrogan porqué
soy protestón, contesto:
porque la Metafísica es
una protesta en sí misma.
Desde que uno entra en la
Metafísica, lo primero que aprende a decir es: “¡No lo acepto!”.
Es la escuela de la
protesta, y nos corrigen, diciéndonos:
“Piensa positivo”, “no
digas eso”, “no seas negativo”, “no te vas a morir”, te vas a curar”.
Uno va a un sitio
negativo y no tiene porqué aceptarlo; por Amor Compasivo debe transformarlo,
como la Madre Teresa de Calcuta, que cambió lo negativo en positivo, poniendo
escuelas, hospitales y atención a los necesitados.
A la gente de las
barriadas pobres hay que enseñarle a protestar en el buen sentido de la
palabra, que es no aceptar la mediocridad, la comida recogida en un basurero
que puede ser comprada en un lindo automercado, y esto se hace diciéndoles:
“No lo acepto” a las
condiciones insalubres, y cambiando la actitud mental.
Rubén Cedeño; de “Compasión Infinita”. Edición conjunta:
GPO EDITORIAL METAFÍSICA & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.