miércoles, 19 de septiembre de 2012

QUE SABEMOS DE LOS ELEMENTALES? COMO LOGRAR ARMONIA EN LA TIERRA, AGUA, VIENTOS?


                                                   
          Elementales

     Los Elementales son seres pequeños, mágicos, trabajadores, graciosos, hermosísimos, invisibles a la vista del que no cree en ellos, y son las manos de Dios actuando en la Creación, haciendo que el Fuego, el Aire, el Agua y la Tierra puedan cumplir sus funciones.
 Los Elementales de cada Elemento se clasifican en familias, cada una con su nombre, como pueden ser: las hadas, los gnomos, las ondinas, los silfos y las salamandras. 
Ellos sí existen; uno puede creer en ellos y hacerse su amigo.
     Meterse en el mundo de los Elementales es como vivir un verídico cuento de hadas lleno de seres fantásticos; es seguir siendo niños para siempre, o volver a ser niños cuando ya somos adultos, ya que encontramos que toda aquella belleza narrada en los cuentos de Hadas es un mundo real que existe en planos más sutiles que el de la tierra.
     Uno de los propósitos de esta instrucción es sensibilizarnos hacia los Elementales de la Naturaleza, que sólo existen para servirnos y para nuestro deleite.
     Inconscientemente estamos en contacto con el Reino de los Elementales a diario, pero por ignorancia y ceguedad lo perdemos de vista; y no sólo eso, sino que hablamos mal de ellos y los rechazamos. Pero aunque no los aceptemos y no creamos que ellos existen, no los podemos evitar, no pueden dejar de existir, porque nos moriríamos, ya que son parte de nuestra vida.
     Cada uno de los Cuatro Elementos tiene un Ser de Luz que lo generó, un Director Cósmico, un Director para la Tierra, y los Elementales que llevan a la praxis la naturaleza del Elemento.
    
Hay un Elemento indispensable en la vida que es el FUEGO, pero si nos quemamos con él gritamos, y si nos da muy fuerte el sol en la cara nos quejamos. 

Otro elemento extraordinario es el AIRE, porque si nos quedamos sin él, no podemos respirar y nos morimos, pero si hay mucho viento nos quejamos de la posibilidad de pescar un resfriado. 

El AGUA es el origen de la vida, y si no existe nos morimos de sed; pero cuando llueve, la mayoría de la gente se queja porque no puede llegar al trabajo o a la casa a tiempo.

 El último Elemento indispensable es la TIERRA, porque si ella no existiera tendríamos que vivir flotando en el Aire por no tener donde pisar, y tampoco tendríamos donde sembrar los vegetales que nos dan la comida; pero cuando nos llenamos de tierra nos da asco y nos lamentamos horrorizados.
    
Lo que muy poca gente sabe es que cada vez que nos expresamos mal de uno de los Elementales o lo rechazamos, los Espíritus Elementales nos están oyendo y no les gusta, entonces se contaminan de nuestro odio y repudio, lo que los hace reaccionar fatalmente, produciendo desastres naturales como: terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, incendios, tornados y tormentas.
     Hemos desequilibrado nuestras vidas hasta tal punto, que es más lo que nos quejamos de los Elementos que lo que los disfrutamos y les agradecemos por lo que nos dan.
     Hay un asunto muy importante en el cual fallamos en la vida, y es el reconocer todo lo que los Espíritus Elementales nos brindan a cada instante, y agradecerles lo que nos están suministrando.
     A cada segundo, estamos recibiendo del Reino Elemental una cantidad de bendiciones maravillosas; pero por nuestra ignorancia, ceguera y supremo egoísmo, supuesta madurez, materialismo, y por estar pensando solamente en nuestros intereses, deseos y posesiones, nos olvidamos de que Ellos existen y que están atados por amor a nosotros, prestándonos un servicio sin igual e insustituible en la vida.
     El hecho de que les agradezcamos a los Elementales todo lo que nos dan, no es para ir a adorarlos, es que, al bendecirlos y agradecerles, ellos pueden dar un mejor servicio a la humanidad y, por consecuencia, nos puede ir mucho mejor en la vida. Cuando nos va mal, es porque actuamos en contra de todo lo que nos rodea, de esa Vida que son los Espíritus Elementales.
     Vivimos enemistados contra estos cuatro Reinos de seres Elementales, y al no ser amigos nuestros, ellos trabajan en nuestra contra, en vez de hacerlo a nuestro favor. Para tener a alguien que colabore con nosotros, debemos ser amigos de esa persona, y nosotros tenemos que ser amigos de los Elementales de la Naturaleza para que ellos colaboren en todo nuestro quehacer diario. Cuando vivimos en contra de los Elementales, estamos perjudicándonos a nosotros mismos. 
Estos Elementos de la Naturaleza son parte de la Vida; amar a estos Elementos es amar la Vida; y amar la Vida es ir a favor de lo bueno, de lo bello, de lo grande y de Dios.
     Los Elementales son la esencia de la Vida, y todo  lo que tiene vida piensa, responde, actúa y existe. Por eso en casi todas las culturas, a través de los tiempos, en países como Tíbet, India y Grecia, el ser humano los ha personalizado dándole nombres y haciéndoles figuras como si fueran humanos.
 La humanidad actual ha heredado algunos nombres antiguos de los Elementales, y los ha clasificado y organizado en órdenes y grados. Un mismo Director Elemental y su elemento pueden tener diferentes nombres en una cultura y en otra; esto no quiere decir que sean distintos seres, es asunto de terminología, nada más. Por ejemplo, el Director Elemental del Agua es llamado Tlaloc en la cultura Azteca, y no es distinto de Neptuno o Poseidonis.
     Los Espíritus Elementales tienen sus Directores Elementales que son la esencia del elemental y del elemento que representan. Esto quiere decir que el Director Elemental del Fuego no es distinto de la llama o la luz en todas sus expresiones.
     Uno nunca debe dirigirse ni entenderse con los elementales directamente, darles órdenes o trabajar con ellos, sino con sus Directores, ya que los Elementales son como niños juguetones y traviesos que a veces no tienen control sobre sí mismos. Sólo sus Directores los pueden controlar, por eso uno debe establecer la relación con los Elementales por medio de sus Directores.


MAL USO DEL FUEGO

     Nunca hables mal del Sol, que es el hogar de Helios y Vesta, de donde emanan los Elementales del Fuego; nunca te expreses mal de él, ya que a sus Elementales no les gusta esto y se enfurecen contra uno.
 Hay personas que dicen despectivamente: "¡Qué solazo!", desprecian al Sol y se expresan mal de la candela.
 Muchas veces estamos enemistados con el Fuego porque cuando nos quemamos decimos: "Maldita sea, me quemé", y allí hablamos mal del Fuego. 
Cada vez que uno se queja del Fuego, o se quema y grita, eso produce enemistad con este Elemento.
 Entonces las Salamandras, que son los Elementales del Fuego, se enfadan con uno y por eso ellos traviesamente hacen que se nos queme la comida al estar cocinando, se nos fundan los motores de los autos, se nos queme la ropa al estar planchando, suframos de insolación, y lleguemos al extremo de que sucedan incendios forestales y se incendien las casas y edificios, causando tanto daño, incluso, que algunos hasta mueran quemados. 
No hables en contra de ninguno de los Elementos de la Naturaleza, porque eso te perjudica.
     Muchas personas le tienen miedo a la candela, y es porque en otras vidas los quemaron vivos por creerlos brujos, o se murieron en un incendio, y así crearon rechazo a las Salamandras. Pero no hay que tenerle temor a las Salamandras en la candela; hay que amar al Fuego y a sus Elementales, así ellos nos protegerán de que nunca suframos a causa de este Elemento, eso es que nos quememos o que no nos pegue la corriente eléctrica. 
Es muy fácil amar a los Elementales del Fuego, basta decirle a todo fuego encendido:

"Amada Llama yo te amo. Qué bella eres".

     Cuando veas una casa, un campo o cualquier cosa incendiada, allí hay miles de Elementales del Fuego en desorden y sin dirección. 

Esto se debe a que los Elementales no tienen juicio personal ni raciocinio individual; ellos se infestan rápidamente de los pensamientos negativos de la gente y ocasionan desastres.

 Pero uno, en nombre del Yo Superior -y solamente del Yo Superior- que es Dios, puede invocar a Helios y Vesta; pero eso sí, con mucho respeto, porque son Seres de mucha altura espiritual y poder. 

Las Salamandras son entidades bellísimas y muy brillantes, pero si uno las invoca, pueden producir un incendio sin que uno se dé cuenta. 

Si deseas apagar un incendio, no las invoques a ellas sino a Sus Directores Elementales, Helios y Vesta. Puedes decir:

"En el Nombre de la Divina Presencia de Dios YO SOY, invoco a los Amados Helios y Vesta, Directores del Elemento Fuego, para que tomen control sobre las salamandras y todo su elemento, y hagan desaparecer esto ya. Gracias Padre que ya me oíste".

     El pirómano es el peor enemigo de los Elementales del Fuego porque los utiliza para hacer daño quemando bosques y casas con el afán de destruir. 

Uno de los malos usos que se ha hecho del Elemento Fuego como destructor ha sido el de la construcción de armas de fuego, como pistolas, ametralladoras y tanques de guerra. 

Estos han dañado a las bellísimas Hadas y Elementales del Fuego, y las han convertido en especies de brujas malas capaces de matar sin compasión. Pero aquel que haya hecho uso de un arma de fuego, convirtiendo a los hermosos Elementales del Fuego en seres malignos, un día tendrá que redimir esta energía con amor y perdón cuando de le devuelva con la misma calificación con que la tiñó. Si no, la persona quedará atada a estos seres malignos. 

Es a causa de esto, que el uso y actividad de las armas de fuego debe ser erradicado definitivamente del planeta, para que sea posible la convivencia pacífica y armónica del ser humano con los Elementales del Fuego y su Cristo Interior.

MAL USO DEL AIRE

     Debemos cuidar el Aire y sus Elementales, y no contaminarlos con el humo de los cigarrillos, las chimeneas de las fábricas y la combustión de los automotores, porque se disgustan, se les ensucian sus auras, y entonces producen tornados, huracanes, fríos y calores irresistibles.
     Cada vez que hablamos mal del Aires y creemos que cualquier corriente de Aires nos va a resfriar, nos enemistamos con los Silfos; por eso algunas personas viven diciendo que les falta el Aire, se la pasan rodeadas de malos olores, viene un ventarrón y les lleva la ropa que tenían secando en la cuerda, el viento les lleva el sombrero, llegando a situaciones asfixiantes de polución, vendavales, tornados y ciclones. 
Los Elementales del Aire nunca tienen porqué hacer daño. ¿Cómo podemos evitar todo esto? Amando al Aire. Cada vez que percibas el Aire y entres en contacto con sus Espíritus Elementales, diles: "¡Gracias Aire! ¡Qué bueno estás!". Una vez llegué a Suiza en tren, no sabía que la temperatura estaba a 30 grados bajo cero, y al salir a la calle lo hice sin suficientes abrigos para tantísimo frío; al encontrarme con ese frío tan maravilloso, le dije:
 "Qué bueno estás. Esto le hace bien a mis pulmones". 
Por supuesto ese Aire no me pudo resfriar y no me enfermé. 

MAL USO DEL AGUA

     Cada vez que hablamos mal del Agua porque está lloviendo eso va acumulando una energía que produce que los Elementales del Agua nos hagan ahogarnos hasta cuando tomamos un vaso de agua, que nos den diarreas las aguas de ciertos países, que cada vez que nos vayamos a bañar al mar vengan olas altísimas a perturbarnos, que cuando abordamos una lancha o barco nos hagan el viaje imposible, se nos viva inundando la casa, los grifos estén pegoteados; esto puede llegar al extremo de que generen inundaciones, maremotos o aguas envenenadas, que hacen tanto daño.
     Jamás te quejes cuando esté lloviendo; piensa que si dejara de llover no se regarían los campos, se secarían las plantas, y si esto sucediera ¿qué comeríamos? Por lo tanto, siempre démosle gracias a la lluvia.

     Los desastres naturales relacionados con el Agua se producen por la falta de amor del ser humano a este Elemento. 
Uno puede hablar con los Directores del Elemento Agua y decirles: 

"En el Nombre de la Divina Presencia de Dios YO SOY invoco a los Directores Elementales del Elemento Agua para que vengan a tomar control de su Elemento, aquí y ahora".

     También podemos invocar a los Directores Elementales para suspender una lluvia:

"En armonía para todo el mundo, bajo la Gracia y de manera perfecta, en Nombre de Dios yo invoco a los Directores Elementales del Agua, Neptuno y Lunara, para que suspendan esta lluvia porque no es armonioso que llueva en este momento".

ENEMISTAD CON LOS ELEMENTALES DE LA TIERRA

     Cuando hablamos mal de la Tierra nos enemistamos con ella, y por eso, la casa vive llena de polvo, nos andamos tropezando con todo, nos caemos por las calles.

 Son los Elementales de la Tierra que traviesamente hacen que nos caigamos y choquemos con todo. A veces, de tanto enemistarnos con los Elementales de la Tierra, logramos que se produzcan terremotos, o que haya tierras que se niegan a que las siembren y que se convierten en desiertos.

     ¿Cúal es la manera de evitar los terremotos? 
Amar siempre a los Elementales de la Tierra. Cuando el niño se ensucia, no sacudirle la tierra con desprecio, ni hablar mal de ella; todo lo contrario, decirle que ese es el Elemento Tierra, y enseñarle a amar a los Gnomos y a las Hadas. 
Cuando los niños se entierran es beneficioso porque crean anticuerpos, mientras que los niños que no lo hacen están propensos a enfermedades. Ir al mar, llenarse de arena todo el cuerpo y revolcarse en la playa es estupendo.

     La Tierra es un elemento bastante difícil de comprender ya que, aunque es muy espiritual, también es el elemento que, si te apegas a él, da la muerte, porque si te identificas con él y crees que todo es el Plano Físico y el Elemento Tierra, eso te ata a lo material y, por consecuencia, a la ilusión que conduce a la muerte.


Gracias Rubén!!

Del Libro El Curso de los Elementales - Autor: RUBÉN CEDEÑO
Edición conjunta: ED. MANIFESTACIÓN DEL GRUPO METAF. DE CARACAS SEDE CENTRAL & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA

SERVICIO A LOS ELEMENTALES.-



SERVICIO A LOS ELEMENTALES
FUEGO
(“O Sole mio”)

GUÍA: Dioses Solares y Directores del Elemento Fuego, Helios y Vesta: Gracias por la Vida, la Luz, la existencia de nuestro Ser Interior, y perdonen a los que no reconocen el Servicio que Ustedes les prestan.

GRUPO: Fuegos Friccional, Solar, Electrónico, y Amadas Salamandras, gracias por existir; les enviamos nuestro amor. “YO SOY” el control del Elemento Fuego en todo lugar, condición y cosa, enviándole amor. 

Amados Helios y Vesta, controladores de las Salamandras, detengan todo incendio destructivo, aquí y en cualquier lugar.

AIRE
(“Nubes” de Debussy)

GUÍA: Gracias a los Dioses  Directores Elementales del Aire, Thor y Aries, por el aire. Amada Llama Violeta, limpia y purifica la atmósfera, de toda contaminación. Amados Silfos, elementales del aire: “Los amamos, y gracias por el Servicio que le dan a la vida”.

GRUPO: “YO SOY” convocando a los Amados Thor y Aries, para que asuman el mando y control sobre sus amorosos elementales, y no permitan ningún tornado, ciclón o ventarrón dañino
“YO SOY” la brisa agradable, la temperatura armónica. Yo no acepto el calor sofocante, ni el frío excesivo. “YO SOY” el equilibrio térmico.

AGUA
(“Sirenas” de Debussy)

GUÍA: Amados Dioses Directores Elementales del Agua, Neptuno y Lunara, gracias por su servicio a la Vida, los ríos, océanos, la lluvia purificadora, el agua que bebemos y usamos para asearnos.

GRUPO: “YO SOY” la Llama Violeta Transmutadora, purificando el mal uso del elemento agua en cloacas, ríos contaminados, mares inutilizados y demás impurezas.

GUÍA: Por medio de la Señora Lunara y el  Señor Neptuno, saludamos y le damos agradecimiento a las ondinas por su servicio a la vida.

GRUPO: En Nombre de la Divina Presencia de Dios “YO SOY”, le decimos a toda tormenta, inundación, agua mal calificada: 
Tú no tienes poder. 
Dios en ti es tu control armónico contundente
Gracias Padre.

TIERRA
(“Titanes” de Vángelis)

GUÍA: Amada Madre Tierra, Señora Virgo, y Señor Pelleur, gracias por Su Servicio a la Vida, el Amor y tolerancia con los humanos. Amada Señora Amarillis, haz florecer la Eterna Primavera. Amada Madre María, gracias por cada flor y  por el entrenamiento que le das a los elementales.

GRUPO: En nombre de la Divina Presencia de Dios “YO SOY”, de los Dioses Pelleur y  Virgo, le damos las gracias al Reino de los gnomos y las Hadas. “YO SOY” la cristalinidad de la capa de la Tierra.

GUÍA: “YO SOY” la Presencia de Polaris y Magnus sosteniendo y enderezando el eje de la Tierra, y le digo a todo temblor, terremoto o desplazamiento de tierra: 
¡EN EL NOMBRE DE DIOS, DETENTE YA!
“YO SOY” la Llama Violeta purificando el mal uso del elemento tierra, la tala de los bosques y eliminación de las áreas verdes.

GRUPO: “YO SOY” la restauración del verdor de los bosques y la fertilidad de la tierra. “YO SOY” la Presencia Cristalina y Luminosa del Planeta Tierra, haciéndolo brillar como la “Santa Estrella de la Libertad”.
 Gracias Padre.

Del libro: “Servicios”, de Rubén Cedeño; pág. 221 a 223.
                                                                    Gracias Rubén

ASCENSIÓN COMO META




ASCENSIÓN COMO META

Por el Maestro Hilarión:
“Haciendo caso omiso de las dudas, temores, burlas o ridículo de la humanidad no-ascendida en cuanto a que la idea de que la meta de la existencia humana en la forma es la de algún día Ascender  de regreso dentro del corazón del Padre, totalmente purificados y libres de todo lo humano, ¡esta es la verdad eterna e inmutable!
 Un poquito más adelante, cuando el conocimiento del Señor (Ley de la Vida) haya cubierto la Tierra, “así como el agua cubre el mar”, cada corriente de vida encarnada aceptará gozosa y agradecidamente la esperanza de la Libertad permanente en la Victoria de su propia Ascensión individual, y hará todo esfuerzo consciente posible para lograr esa Victoria rápidamente, usando todos los medios disponibles a su alcance para lograrlo”.

Del libro: “Libro de la Vida”, de los Maestros Ascendidos; pág.269. Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA

El Cuarto Rayo es el Blanco de la PUREZA, Belleza, Ascensión, Invisibilidad, Resurrección, Arte y Disciplina.



RAYO BLANCO

     El Cuarto Rayo es el Blanco de la PUREZA, Belleza, Ascensión, Invisibilidad, Resurrección, Arte y Disciplina. 
La pureza se simboliza con el color Blanco. 
Dios no ha hecho nada feo en su Creación, todo es hermosísimo, por eso nada debe ser feo.
 Nosotros podemos vivir rebosantes de Belleza. 
Recordemos el hermoso pasaje de Jesús donde dice: 
"Considerad los lirios de los campos, cómo crecen, no trabajan ni hilan, pero os digo que ni aún Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos". 
Esta es una clarísima alusión, a que Dios es capaz de vestirnos con más belleza que la de Salomón con sus fastuosas ropas de rey. 
La Belleza nos eleva y nos saca del foso de la depresión; por eso esta Llama de Dios es también la de la Ascensión y la Pureza. 
Cada vez que estemos deprimidos, frustrados, hundidos, queramos salir a flote, nos veamos horrendos, invoquemos el Rayo Blanco de la Pureza y la Belleza, y repitamos:
"Yo soy el Rayo Blanco de la Belleza y la Ascensión". 
Cuando uno necesita embellecer un lugar o su propio cuerpo, puede invocar este Rayo. 
Los Ángeles aman la belleza y sólo se manifiestan en los sitios hermosos, de exquisitos olores, música armónica, pensamientos positivos y sentimientos dulces y suaves. 
"El Rayo Blanco" nos hace Bellos y radiantes, asunto que nos permite "ascender" por encima de las condiciones discordantes; nos hace resucitar de la muerte a la que nos conducen las negatividades, el odio y la mala voluntad, la fealdad, las enfermedades, la depresión y el rencor; nos posibilita expresar Arte en todas las manifestaciones de la vida; también, hacernos invisibles a las negatividades y a la maldad; es orden y disciplina, ya que el caos en las cosas y el desorden son falta de belleza y amor.

SERES DEL RAYO BLANCO

     A este Rayo pertenecen los pintores, músicos, escritores, bailarines, arquitectos, estilistas y diseñadores; también, grandes arquitectos y pintores como Miguel Ángel Bounarroti, Rafael y Leonardo Da Vinci. Con este Rayo de Dios trabaja el Arcángel Gabriel. 
El Director del Rayo Blanco es el Maestro Serapis Bey, que está trayendo a la manifestación el arte, tanto musical y pictórico como literario, de la Nueva Era. 
Este Maestro es conocido como "El Egipcio"; dirige la Hermandad de Luxor, que es un cuerpo de Seres de Luz que trabaja por la Ascensión de toda la humanidad. 
Cuando estés deprimido, invoca a la Hermandad de Luxor: 
"Amados Hermanos de Luxor, vengan y asciéndanme, sáquenme de aquí". 
Ante una situación discordante, uno puede decretar:
"Yo Soy el Rayo Blanco que me hace invisible e invencible a toda energía siniestra inferior a la perfección". 
Frente a toda manifestación mediumnímica o astral, puedes decir: "Cierro la Puerta de mi aura y la puerta de mi astral". 
Bajo la dirección del Rayo Blanco trabajan Seres de Luz como los Elohim Claridad y Astrea, los Arcángeles Gabriel y Esperanza, y aquéllos que realizan actividades en pro de la Ascensión de toda la humanidad. 
La atracción electromagnética de esta energía produce la capacidad de trabajar con elementos químicamente puros o sin mezclas.


Extraído del Libro PILARES (pág. 111-113) AUTOR: RUBÉN CEDEÑO-Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA

MIÉRCOLES: CUARTO RAYO BLANCO DE RESURRECCIÓN Y ASCENSIÓN !!





ASCENSIÓN


“YO SOY” la Presencia del Amado Maestro Serapis Bey embelleciendo, purificando, ascendiendo mi cuerpo físico, pensamientos, sentimientos, acciones, y los de toda la humanidad.
 ¡Ascensión! (X3), 
¡Luz de Luxor! (X3),
 ¡Claridad! (X3), 
¡Blanco Cristal Ascensión! (X3). 
¡”YO SOY” Ascendiendo! (X3). 
¡Ya todo ascendió! (X3). 
Ya todo es Luz, Blanco Cristal, Pureza, Belleza e Iluminación.


ÁNGELES DEL RAYO BLANCO


Amado Arcángel Gabriel y Ángeles del Rayo Blanco
Vengan (X3), 
Enciendan (X3) el Rayo Banco en nosotros con el ímpetu de la Resurrección, Ascensión, Asunción y Transfiguración
SELLEN (X3) 
en el Rayo Blanco de la Ascensión todos los grupos de esta instrucción en el mundo entero.
 Esto queda hecho por el más Sagrado Nombre de Dios que “YO SOY”.


Del libro: “SERVICIOS”, de Rubén Cedeño -Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA

"No juzguéis, para que no seáis juzgados;



JUICIO

     Jesús nos recomienda: 

"No juzguéis, para que no seáis juzgados; no condenéis y no seréis condenados, perdonad y seréis perdonados. Porque con el juicio con que juzguéis, seréis juzgados".

     Si nos juzgan y condenan, es porque juzgamos y condenamos. 

Los que juzgan a los buenos son los malos. Los malos no son juzgados por los otros malos, por lo mismo que son todos malos y se apoyan, ni por los buenos, por lo mismo que son buenos.

     Jesús nos interroga:

"¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?".

Generalmente, somos peores o estamos en condiciones más detestables que la persona a la que juzgamos. 

Si decimos que alguien es inmoral, orgulloso, vanidoso, prepotente o autosuficiente, nosotros somos peores por el solo hecho de juzgar. Peor que todo lo criticado es nuestro juicio. 

Jesús exhorta:

"¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano". 

Corrijamos primero nuestros defectos, y después ayudemos a corregir los defectos en los demás con amor.

     Jesús dice claramente:

"No he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo". 

Si Jesús actúa así, nosotros, como cristianos, tenemos que hacer lo mismo: no juzgar, sino salvar.

     Jesús es todavía más tolerante al aclarar:

"Al que oye mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo".

Si el propio Jesús se exime de juzgar al que no sigue sus Enseñanzas, nosotros no podemos, siendo cristianos, criticar a alguien que no sigue las enseñanzas de Jesús, de alguno de los Maestros Ascendidos y no acepta nuestras creencias. 

Al juzgar, estamos haciendo peor que el que no guarda las Enseñanzas de los Maestros.

 Jesús expresó: 

"No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento". 

"Id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel".

 "Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos". 

Si a alguien no le gusta tratar con personas que tengan apariencias de problemas en la personalidad, ese individuo no está en una verdadera activación de su Cristo Interior.

     "Porque Dios hace salir su sol sobre malos y buenos, llover sobre justos e injustos". 

Así que si Dios hace eso, tú, que eres su hijo, tienes que hacer lo mismo, porque todo hijo es hechura de su padre y se le asemeja. 

El sol sale para los ladrones, drogadictos, gays, traidores, desgraciados, brujas, plagiadores, mentirosos, corruptos, gobernadores, vecinos, egoístas, millonarios, indios, negros, chinos, cubanos, judíos, metafísicos, cristianos, musulmanes, teósofos, rosacruces, herméticos, para todo el mundo; de igual modo, tú también tienes que salir al encuentro amoroso de todos ellos, y hacer como el sol, que da su luz a todas las criaturas sin discriminación.

     "Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga".

Uno no debe estar juzgando a la gente porque practica otra religión, pertenece a un grupo espiritual diferente o tiene distintas ideas.

     Uno ve reflejado en los demás, lo que uno mismo es. 

Juzgar es emitir un juicio sobre alguien, una situación o cosa, haciéndole una imagen mental, cliché o etiqueta, que generalmente no es la VERDAD, sino una idea muy personal que nos hacemos del asunto a nuestra conveniencia, muchas veces por envidia, celos competencia y complejos que tenemos.

     La causa de que juzguemos es que nos creemos superiores a los demás, pensamos que nuestra religión es la única verdadera, que nuestra nacionalidad es más importante que la de otros, que nuestro grupo espiritual tiene la razón, que nuestra clase social es más exquisita. 

Esto es el recubrimiento de un orgullo que nos está matando, es agresividad y, por consecuencia, falta de Amor. Esta falta de amor termina ocasionándonos enfermedades, problemas y hasta la ruina personal.

     El comienzo del camino que conduce al cielo y a la santidad, es no juzgar ni calificar; veamos lo que veamos, oigamos lo que oigamos, digan lo que digan, no respondamos, no nos apresuremos a defendernos.

     Es común encontrar a personas que se dicen espirituales y están condenando los actos de otros que también tratan de realizar lo mismo; no se dan cuenta de que niegan su espiritualidad cuando mueven sus dedos para escribir contra alguien o retuercen su lengua para condenar a su hermano que, en otra dirección, está tratando de hacer algo por los demás.

     No hay nada que nos caiga peor que ser juzgados, que alguien diga de nosotros algo desfavorable; eso nos altera, nos da rabia, no nos deja dormir, provoca diversas reacciones en palabras y acciones, muchas veces groseras y dañinas. Pero, ¿por qué somos juzgados? 

Los defectos que vemos en los demás son los que nosotros mismos tenemos. 

Así que no hay forma más evidente de delatar cómo somos y decirle a los demás nuestras debilidades, que escribiendo o hablando contra alguien, juzgando.

     La verdadera caridad cristiana es estar entre los que necesitan ayuda, prestándoles servicio; y las más necesitadas, son aquellas personas a las que condenamos.

     Estas Enseñanzas están dedicadas especialmente a esos seres que son juzgados por aquellos que se creen perfectos y no lo son.

     El juicio viene cuando nos damos cuenta de algo y juzgamos aquello. 

Debemos cuidarnos mucho en esto, ya que a veces nos creemos superiores a alguien en alguna cosa, con derecho a estar corrigiéndolo, y esto encubre un orgullo fatalista que nos puede hundir en el más profundo abismo de creernos jueces de los demás.


Del Libro JESÚS (pág. 120-123) - Autor: RUBÉN CEDEÑO-Edición conjunta: ED. MANIFESTACIÓN DEL GRUPO METAF. DE CARACAS SEDE CENTRAL & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA