CLAVE
DE LA PROSPERIDAD
La
clave para vivir “Rebosante de Riquezas” es dar, dar y siempre dar. Pero
aquello que demos, debemos bendecirlo para que se nos devuelva millonificado.
Si damos un Euro, un Dólar, un Peso o cualquier moneda, digamos:
“Dios bendice y multiplica tu Provisión
Divina, y me lo devuelve millonificado para hacerme Rebosante de Riquezas”.
Esta
aplicación también debemos hacerla cuando paguemos una cuenta, hagamos un
cheque o depositemos dinero en el banco.
Lo
que se bendice, se multiplica. Bendigamos siempre todo dinero que caiga a
nuestras manos.
Por
nada del mundo nos sumemos a esas conversaciones en que estén afirmando cosas
como:
“Los bancos están quebrados”, “la devaluación nos está matando”, “qué
país tan pobre”. Ya sabemos la verdad de que la única pobreza está en la mente, y no participar de estas
conversaciones nos protege contra toda miseria.
Para
que nunca nos falte la comida, cada vez que nos sentemos a comer, démosle
gracias a Dios por los alimentos recibidos; extendamos las palmas de las manos
sobre la comida y digamos:
“Amada
Presencia de Dios, bendice estos alimentos y las manos que los prepararon.
Gracias Padre”.
Aplicando
todo esto, va a cambiar nuestra fortuna favorablemente; y si ya somos
opulentos, esto nos mantendrá por siempre afortunados.
El secreto final para
vivir “Rebosante de Riquezas” y jamás arruinarnos, está en el diezmo, que
consiste en dar el diez por ciento de todo lo que Dios nos da, en beneficio de
una obra que difunda este conocimiento.
Esto puede ser: depositando una dádiva
en la bolsita de la “Donación Amorosa” del grupo espiritual, o comprando libros
de esta instrucción para regalar y hacer que otros aprendan estas enseñanzas y
se beneficien de ellas.
“PROVISIÓN”,
Rubén Cedeño. –Edición Conjunta: EDIT. MANIFESTASCIÓN & EDIT. SEÑORA
PORTEÑA