TODAS LAS
TARDES
Todas las tardes, a la hora exacta en que
se pone el sol, debajo de un pino de su jardín en los Montes Himalayas, en el
Lejano Oriente, el Señor Maitreya alza sus brazos y, con las benditas palmas de
sus manos abiertas y extendidas, irradia una poderosa bendición que expande
delante de su Ser en estado de profunda meditación.
Desde el Corazón Diamantino
del Señor Maitreya, una incontenible y envolvente radiación de amor de color
Rosa, con el resplandor Dorado de Su Ser, se expande radialmente, teniendo como
centro de irradiación su Presencia, y se ancla en el lugar donde alguien ora o
simplemente recuerda este hecho a la hora del crepúsculo.
Esta Bendición
circunvala el planeta con los rayos solares, llegando a cada rincón geográfico
cuando en ese lugar es la hora del poniente. Cuando veamos el atardecer con el
dorado sol de los venados, recordemos que es: "La hora de la Bendición de
Maitreya".
A la hora en que nos sorprenda la caída de
la tarde, no importa la ciudad o el país donde vivamos o estemos, visualicemos
al Señor Maitreya, vestido de túnica blanca con bordes dorados, debajo del pino
de su jardín en los Himalayas, con sus manos extendidas, bendiciéndonos a
nosotros, nuestra ciudad y nación. En ese momento, podemos afirmar:
"Yo
Soy absorbiendo, expandiendo y proyectando la bendición que el Señor Maitreya
envía desde el pino de su jardín en los Himalayas".
Del Libro MAITREYA (pág.
11-12) - Autor: RUBÉN CEDEÑO-Edición conjunta: EDITORIAL
MANIFESTACIÓN DEL GRUPO METAFÍSICO DE CARACAS SEDE CENTRAL & EDITORIAL
SEÑORA PORTEÑA