PAZ
La base de la Paz está en
la convivencia en unidad, en amar a todo el mundo, ser simpático con la gente.
Todo el que se separa o
discrimina, agrede, y es una célula madre de guerra.
Cada persona que odia
induce a la agresividad y es simiente de un conflicto bélico.
Las energías de
separación o rechazo de una persona se unen a las de otra, y así
consecutivamente, se van ensamblando hasta formar un monstruo que estalla en
una guerra.
Las personas espirituales
o que simpatizan con lo místico, son las primeras llamadas a vivir en Paz, y
para lograr esto es necesario que estén unidas, amando, siendo sociables con
los demás.
Es imperativo que lo
hagan, porque si ellas, al igual que los gobernantes, artistas, científicos,
maestros, economistas, viven pacíficamente, irradian estas vibraciones y
contagian con Paz a todo su alrededor, y es imposible que haya guerra, y en
caso que haya algún conato de conflicto, el ambiente estará predispuesto a
disolverlo.
En la guerra, la
separación y el odio, se pierden las posibilidades de seguir la espiritualidad.
Para ser espiritual se
necesita Paz, tranquilidad alrededor, que se puedan cerrar los ojos en oración,
en meditación, y se sepa interiormente que todo está bien, en armonía, en
relación afectiva con todos los que conoces, tus amigos espirituales, tus
maestros, tus vecinos, tus compañeros de trabajo.
Si eso es así, esa energía
se expande por todo tu barrio, la ciudad donde vives, el país donde estás y si
se quiere, toda la Tierra.
Al saber esto, comprendes
que la Paz del mundo depende de ti, como
también la guerra.
Que no seas con tu
separatismo, competencia, falta de tolerancia e incomprensión, una célula de
disturbio en el mundo.
Rubén Cedeño; “Sendero”
Grupo Editorial
Metafísico & Editorial Señora de la Luz