PERDÓN
Existe un Principio Universal que se llama
CAUSA Y EFECTO, y es que todo lo que has hecho en el pasado se te devuelve en
el presente.
Si ha sido bueno, te traerá felicidad y armonía; pero si ha sido
negativo, al devolverse, te producirá enfermedades.
Sin embargo, todo eso lo
puedes disolver, perdonando toda situación negativa que hayas tenido con
cualquier persona, situación, lugar o cosa en el pasado.
El primer paso para la curación es el
PERDÓN.
El que perdona, olvida. Dile a aquella persona que te ha hecho algo
desagradable o a la que hayas perturbado, a todo tu pasado y a lo que necesite
tu perdón:
"TE PERDONO, TE OLVIDO, TE SUELTO Y TE DEJO IR".
No
importa que al principio no lo sientas ni lo hagas de corazón, de tanto
practicarlo te harás un maestro perdonando.
Deja ya de culpar a los demás por lo malo
que te pasa o te ha pasado, y tampoco te eches la culpa. Dite a tí mismo:
"ME
PERDONO POR TODOS LOS ERRORES QUE HAYA PODIDO COMETER".
Dile
a los demás: "TE PERDONO, OLVIDO PARA SIEMPRE TODO LO QUE ME HAS HECHO
Y TE ENVUELVO EN MI CÍRCULO DE AMOR".
El rencor enferma, y el Amor sana.
EJERCICIO
DE LA SANACIÓN
El Poder de Dios Sana mi cuerpo.
La Sabiduría Divina hace que todo mi
organismo funcione perfectamente.
El
Amor Divino inunda mi ser y me hace curar y avanzar.
Todo mi cuerpo es purificado por Dios de
toda aflicción.
Los poderes más salutíferos del Universo
inundan mi ser.
La Paz de mi alma es la fuente de mi
salud.
El perdonar a todos los que me han hecho
mal, es el principio de mi salud.
Amén.
DÉJALO IR
Los médicos, las personas que trabajan en
curación y los familiares deben respetar la decisión y la voluntad de los
pacientes.
Lo primero que se le debe preguntar a un paciente es: "¿Tú te
quieres sanar?, ¿tú quieres vivir", y si él dice que no, hay que respetar
su decisión y dejarlo irse del cuerpo físico en paz, ayudándolo a bien morir,
porque la muerte no existe, él no va a morir nunca, sencillamente se cansó de habitar
ese cuerpo físico.
Se ha dado el caso de metafísicos muy
avanzados que se han dejado morir, y muchas personas expresan: "Si era
metafísico, ¿por qué no se curó? ".
No debemos tenerle miedo a la muerte.
Siempre hablamos del más allá. Cada vez que alguien expresa: "Cuando yo me
muera ...", inmediatamente dice otra persona: "no lo acepto"; y
¿por qué no?
Que la muerte no existe se debe aceptar desde un principio; si no
la aceptamos es porque creemos en la muerte, y esto es falta de fe.
Cuando comienzas a aceptar la muerte, te
das cuenta de que solamente es una transición para vivir en el más allá. Cuando
este cuerpo que tenemos ya no nos responde, lo mejor es dejarlo.
Todas esas vidas artificiales que los
médicos han inventado en pacientes desahuciados, en estado de coma, poniéndoles
una cantidad de elementos: respiración artificial, riñones, sangre, oxígeno y
elementos para que tengan una vida artificial, tienen como consecuencia alargar
un proceso que puede ser más rápido y ligero, y lo hacen tedioso, mientras que
a lo mejor dejando que la persona muera por sí misma, le hacen la vida más
fácil y placentera.
Así que ¡déjalo ir!
Así como nos hemos medio preparado para
vivir, también debemos prepararnos para eso que se llama muerte.
Por lo tanto, esa
enfermedad terrible, terminal, con la cual vamos a desencarnar, no es
enfermedad.
Hay un motivo por el cual uno va a dejar la encarnación.
El Señor
Gautama, que no se iba a morir de nada, se comió un plato de arroz que estaba
contaminado para morirse de eso, ya que de algo se tenía que morir.
El mismo
Jesús, como no se iba a morir de nada, dejó que Judas lo entregara, que lo
vendiera.
Él mismo le dijo: "lo que has de hacer, hazlo pronto";
buscó su muerte.
Del Libro CÚRATE A TI MISMO (pág.
48-49/55/73-74) - Autor Rubén Cedeño
Edición Conjunta: EDITORIAL
MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA