LA CAMPANA
Una copa o campana, para que pueda sonar, tiene que estar vacía.
Cuando no sonamos, no somos expresión del Absoluto, es porque no
estamos vacíos, sino llenos de ideas, conceptos, suposiciones de lo que nos han
dicho el grupo, los gurús y los libros.
Cuando vaciamos la mente y dejamos que fluya a través de nosotros, la
Energía Pura de nuestro Real Ser en ese momento nos convertimos en El Santo
Grial y sonamos de manera especial, sin que el sonido se parezca al de otra
persona.
El Grial, como instrumento sagrado, se ha perpetuado hasta nuestros
días a través de la iglesia, en la Misa.
El Catolicismo tiene la misión de mantener esos símbolos para que
nosotros nos deleitemos viéndolos, observándolos, contemplándolos, ya que,
indudablemente, nos acercan a un plano de divinidad maravilloso.
Esa es la misión que ha tenido la Religión Católica: unir la tierra
con ese cielo maravilloso, que, aunque todo esté cifrado en símbolos, existe y
es real.
En el Tibet se usa la campana como símbolo del Vacío, y para vaciar de
cosas negativas aquello que esté impuro, en sus rituales la tocan; de aquí fue
que se heredó la costumbre de tocar campanas en la Misa.
Cuando hay cosa negativas, cuando todo empieza a salir mal, uno puede
agarrar una campana y sonarla para disolver lo negativo, diciendo:
“YO SOY liberando todo lo negativo con
esta campana”.
Haciendo esto, las entidades negativas se van.
Existe el “Servicio del Santo Grial”, en el cual uno deposita las
negatividades en el Grial, para que desaparezcan.
Aunque estas cosas parezcan fantasías, funcionan y son efectivas;
basta con probarlas una vez.
La campana es una manifestación de Lady Ghanta, es como decir, la
Señora Campana, el símbolo del Vacío.
Rubén Cedeño; libro: “MADRE
MARÍA – Madre de Jesús”.
Grupo Metafísico De Caracas Sede Central & Grupo Metafísica Señora
Ibérica.