Moisés es el Maestro de la Felicidad. Con su vida nos enseña a dónde conduce la bronca y por qué hay que transmutarla en Felicidad.
Moisés fue un ser muy espiritual, con un "Plan Divino de Perfección" maravilloso, pero por no haber actuado con felicidad no pudo llegar a la "Tierra Prometida" que bíblicamente simboliza la "Bienaventuranza de Dios". La vida de Moisés nos enseña:
HAY QUE SONREIR A PESAR DE LAS DIFICULTADES
Un poco de historia.
Con José, los hebreos se fueron a vivir a Egipto y en el transcurrir de los años terminaron siendo esclavos de los egipcios.
Moisés, como hijo adoptivo del faraón, con bronca, rabia y amargura mató a un egipcio que maltrataba a un judío y tuvo que huir al desierto.
POR MUY MALO QUE SEA ALGUIEN, NO PODEMOS ACTUAR CON RABIA HACIA ÉL, SIEMPRE EL PERDÓN VA PRIMERO, HASTA PARA UN CRIMINAL.
Moisés volvió a Egipto y sacó al pueblo judío de la esclavitud. La esclavitud en Egipto es simbólica del sufrimiento y la tristeza de no conocer los Principios Universales, ignorar la "Conciencia Crística" y no usar los poderes de las virtudes de los Siete Rayos.
La liberación del Pueblo de Dios y su trayectoria hasta Jerusalén, tal y como lo relata la Biblia, tiene varias lecturas simbólicas. Una de ellas guarda el secreto de los sucesos de un facilitador llevando su grupo de la ignorancia del desconocimiento espiritual a la Iluminación. Asunto que, no puede ser hecho con bronca sino con FELICIDAD. También simboliza ir de la tristeza que es Egipto a la Felicidad, que es la "Tierra Prometida". Egipto simboliza la idolatría a la materia, que es tristeza y es donde viven, generalmente, los principiantes de las Enseñanzas Espirituales. “Tierra Santa”, especialmente Jerusalén, representa la Conciencia de la Divina Presencia de Dios que se ubica en nuestra cabeza y es la FELICIDAD.
El nombre Moisés significa "el que saca" y es el facilitador que conduce al estudiante por el desierto que es la VIVENCIA ESPIRITUAL, hasta que un día encuentra la Tierra Prometida donde realiza la FELICIDAD del encuentro con su PROPIO SER DIVINO.
En el espacio comprendido entre la salida del sufrimiento, que es la esclavitud de la servidumbre en la materia, que es Egipto, hasta la FELICIDAD, que es la liberación en la "Tierra Prometida", están relatadas todas las vicisitudes que pasó Moisés con el pueblo de Israel en el desierto, que son los detalles de los sucesos que, día a día, uno vive poniendo en práctica la Enseñanza Espiritual. Pero nada de esto, por muy fuerte que sea, se justifica hacerlo amargado, triste o con cara de "perro buldog"
Moisés condujo su pueblo por la aridez del desierto, que es el de la vida, sufriendo carencias, sequías y guerras. Este pueblo, que no era malo, pero desordenado, ignorante, idólatra, engañador, como es cualquiera hoy en día, como la gente que asiste a las Actividades de ¡a Enseñanza Espiritual buscando FELICIDAD.
Lidiar con personas tan difíciles en condiciones tan adversas, fe fueron agriando el carácter a Moisés, hasta hacerle perder la FELICIDAD.
En el Monte Sinaí, Moisés concibió las Leyes y la forma de vida que debía tener el pueblo de Israel, leyes y reglamentos que posteriormente se codificaron y junto a otros escritos se convirtieron en lo que es la Biblia.
Moisés, al bajar del Monte Sinaí con la Tablas de la Ley, encontró a! pueblo adorando al Becerro de Oro, y con rabia y amargura las quebró contra el piso. Sin darse cuenta, al enfrentarse a los problemas de su pueblo, al imponerles unas leyes, se fue poniendo muy serio, perdió la alegría de vivir.
Así le suceden a algunos sacerdotes y facilitadores de la "Enseñanza Espiritual" con las personas a las que facilita.
SI LA GENTE NO QUIERE ACEPTAR, NI VIVIR DE ACUERDO A LAS LEYES ESPIRITUALES NO PODEMOS ENFADARNOS CON ELLAS. EL PERDÓN ES LA ÚNICA RESPUESTA.
A la entrada del mítico pueblo Nabateo de Petra, está el lugar de "La Fuente de Moisés". Por aquí pasó Moisés un día con su pueblo que tenía mucha sed y le exigían agua. Y él, con rabia por las vicisitudes del transitar con tanta gente de diferentes pareceres y personalidades contradictorias, golpeó con irritación una roca para que brotara agua.
El milagro sucedió, pero por su voluntad personal, sin implorar a Dios y sin un ápice de FELICIDAD. El agua en la Biblia es símbolo de la Vida Espiritual, Moisés le dio la vida espiritual a la gente pero con amargura.
Esto nos recuerda cuando Jesús en las puertas del templo le dio cordonazos a los mercaderes y también, los regaños que Santa Teresa de Ávila le daba a las Carmelitas descalzas. Jesús lo pagó con la crucifixión y Santa Teresa con el rechazo de las hermanas del Convento de la Encarnación.
SI HACES UN BIEN, HAZLO CON DULZURA AUNQUE TE LO PIDAN CON AMARGURA. BENEFICIAR CON BRONCA, TRAE MÁS BRONCA.
Moisés entre rezos y broncas, lleva de retorno a su tierra al pueblo de Israel, y les señala el sitio de "La Tierra Prometida" desde el Monte Nebo. Pero Dios le dijo: "A tú descendencia se la daré. Te dejo verla con tus ojos, pero no pasarás a ella."
Moisés con su amargura, mal carácter y cara de "perro buldog", no podía entrar a la "Tierra Prometida", que es de FELICIDAD, donde mana leche y miel, que representa el estado de conciencia más alto a donde podemos llegar.
Allí no podemos entrar amargados, disgustados, amenazando y regañando. Por eso a Moisés no lo dejaron entrar y tuvo que darle el liderazgo a Josué, a quien le tocó conducir al pueblo hasta la "Tierra Prometida"
TODO LO QUE SE HACE CON BRONCA, LA VIDA TE REPETIRÁ LAS CIRCUNSTANCIAS, PARA QUE LO HAGAS CON FELICIDAD.