sábado, 30 de marzo de 2013

“Con la medida con que medís, seréis medidos”.


EXISTE UNA LEY NATURAL


Existe una ley natural a la que Jesús se refirió, que es la de Causa y Efecto:

“Todos los que tomen espada, a espada perecerán”.

Lo que hagamos a los demás, nos lo harán a nosotros.

“Con la medida con que medís, seréis medidos”.

Nos condenan, juzgan, odian, ignoran y calumnian, porque eso mismo le hacemos al resto.

Si consideramos que los demás son bellos, van al cielo, son amados por Dios, inteligentes, buena gente, todas esas cualidades son las nuestras también.

“Jesús”, Rubén Cedeño. –Edic. conjunta: EDIT. MANIFESTACIÓN & EDIT. SEÑORA PORTEÑA.


No es necesariamente la cantidad de conocimiento


LO QUE PRODUCE RESULTADOS

No es necesariamente la cantidad de conocimiento, sino la aplicación del conocimiento recibido lo que produce resultados, 
¡constituyendo estos, una prueba de Maestría y Liberación para la humanidad!

¡No tomen estas palabras y esta instrucción a la ligera!

Llévenla a sus hogares, a sus conciencias y al interior de sus corazones.

Entretejan en formas manifiestas, un aura tal a su alrededor, que su Gurú, al verlos, pueda decir:

“Este estudiante está listo para que se le confíen más Verdades, mayores poderes, una comprensión más profunda de la Ley”.

“Maitreya”, de Rubén Cedeño. –Edic. conjunta: EDIT. MANIFESTACIÓN & EDIT. SEÑORA PORTEÑA.



“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.


PADRE, PERDÓNALOS



A la par de la gran crueldad que se estaba cometiendo con Jesús, haciéndolo padecer tanto, está el perdón y la humildad más grande que se haya visto jamás.

Jesús le dijo a esos mismos que lo torturaban:
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

No importa lo que nos hagan sufrir o el tamaño del daño infringido, no maldigamos ni pensemos en vengarnos, PERDONEMOS.

Sin perdón no vamos a llegar a ninguna parte.

Digámosle a ese que nos ha hecho lo peor que se le puede hacer a un ser humano: “Te perdono”.

No importa si al principio el Perdón no nos sale sinceramente; mientras más lo ejercitemos, mejor lo haremos, hasta que lleguemos a perdonar de todo corazón como Jesús.

Esta es la clave oculta de este grandioso suceso del perdón de Jesús.
Esta es la más grande instrucción que Maestro alguno haya dado a la humanidad.

Lo que hizo que Jesús resucitara, no fue el hecho de que lo crucificaran, sino que perdonara.

Fue el Perdón lo que llevó a Jesús al cielo.

“Jesús”, Rubén Cedeño. –Edic. conjunta: EDIT. MANIFESTACIÓN & EDIT. SEÑORA PORTEÑA.