CONSAGRACIÓN
En el Nombre de la Divina Presencia de la Amada Madre María, impregno
mi corazón y mente con el ímpetu glorioso de Su Ser, saturando y expandiendo
con mis manos, corazón, mente, cuerpo, ojos, oídos y voz sus Enseñanzas;
consagrando mi mirada, aliento, voz, oídos, pies y manos a expandir la
Luz de sus Memorias;
haciendo a todos los seres positivos, amorosos e incluyentes.
Gracias Padre porque así es.
Libro: “Servicios”, de
Rubén Cedeño.
Edit. Manifestación & Edit. Señora Porteña.