MERÚ
El Dios
Merú es Director del Templo de la Iluminación que pulsa en la región etérica sobre
el Lago Titicaca, polaridad femenina del planeta Tierra que se encuentra activa
para esta Nueva Era de Acuario.
La
existencia de este Templo en América impele a todos sus habitantes hacia el
logro de la Iluminación ,
todo a lo que un ser humano debe aspirar en la vida.
Su Llave
Tonal se encuentra en “Cuadros de una
Exposición” de Modest Mussorgsky, músico fundador de la escuela de música
contemporánea rusa.
Cabe
resaltar que la interpretación electrónica que hace el tecladista japonés Isao
Tomita de “Cuadros de una Exposición” logra
transmitir la radiación del Templo de la Iluminación como ninguna otra.
El Dios
Merú es el Manú o “Cabeza” de la
Sexta Raza que nacerá en Sudamérica,
“Padre de
la cultura sudamericana del futuro”,
que trae
toda una evolución.
Su
radiación se expande por toda la zona montañosa de los siete países andinos;
tiene como Mensajera, dentro de la Jerarquía Espiritual ,
a Lady Nada.
El Señor
Merú lleva en su atuendo su Patrón Electrónico, que es el Disco Solar de Oro,
con la bandera de los Siete Rayos en el fondo; en su cabeza se ve claramente
cómo del Disco Solar salen los Siete Rayos.
Los Dioses
Merú vinieron del antiguo continente Lemuriano y se establecieron en las
montañas de los Andes, fundando la cultura andina.
Ellos se
sentaban a instruir a la gente que venía y los escuchaba.
Les
enseñaron a sembrar, a cosechar la tierra, a traer semillas nuevas, el culto al
Sol y las enseñanzas metafísicas Andinas.
Cuando vean
a los hombres en los Andes labrando, no es porque vinieron las Naciones Unidas
a enseñarles, sino porque el Dios Merú les enseñó.
Cuando
recorren los Andes y ven a esas indiecitas laborando, todo lo que ellas hacen
se los enseñó la Diosa
Merú.
Ellas son
herederas de lo que los Dioses les enseñaron en una época muy remota.
Después
fueron surgiendo cantidad de Templos donde los Dioses Merú se sentaban a
enseñar. Por supuesto, lo que tenían que adorar no era imágenes de ningún dios,
sino a la enseñanza.
Cuando se
hundió la Lemuria ,
el Señor y la Señora Merú
se propusieron preservar toda la
Sabiduría , los libros, las joyas, las vestimentas, para
llevarlas al nuevo continente que iba a surgir en América.
Entonces, Ellos se
desplazaron desde Lemuria hacia el nuevo continente, llegando a un lugar que
hoy en día se conoce como el Cusco, portando un Disco de Oro inmenso, Símbolo
del Sol, que luego colocaron en un templo llamado Coricancha.
Este Disco
Solar tenía unas propiedades maravillosas: si lo pulsaban por un lado, podían
hacer desaparecer un cuerpo, curar una enfermedad, armonizar una situación. Era
realmente un Disco Mágico.
La cultura
prehispánica Andina viene del desaparecido continente Lemuriano, que estaba al
oeste de los Andes, en el Océano Pacífico, y la trajeron los Dioses Merú cuando
se hundió este continente.
Los
antepasados andinos no llegaron a América por el Estrecho de Bering, en Alaska,
como creen algunos antropólogos; ellos vinieron al nuevo continente americano
procedentes del antiguo continente de Mu junto con los Dioses Merú.
Movimientos
telúricos hicieron que se hundiera, produciendo una gran estampida de sus
habitantes. Los que se refugiaron en los Andes, se salvaron.
Antes que todo
esto sucediera, se les avisó lo que iba a pasar; entonces los Dioses Merú tomaron el Disco Solar y se lo trajeron
a los Andes.
El Gran
Maestro –actualmente, el Dios Merú-, al ver que su continente Lemuriano se
hundía, saltó al nuevo continente americano trayendo su cultura, religión,
gobierno y habitantes.
La historia
de su advenimiento fue mimetizada con la del Manco Cápac y su divino
complemento, Mama Ocllo, quienes, según la leyenda, surgieron del Lago
Titicaca; pero en verdad, eso era parte del Océano que no se hundió con la Lemuria.
Ellos
realizaron su Plan Divino de Perfección con un Cetro de Poder de Oro con el que
actuaban sin obstáculos en la ciudad del Cusco, cuyo nombre quiere decir
“Centro” u “Ombligo” del mundo.
Es
importante saber que allí se instauró el Sacerdocio del Fuego Sagrado, a través
de Sacerdotes conocidos con el nombre de “Huillac Huma”, quienes tenían un
templo fundado por el Dios Merú, llamado Coricancha, palabra que quiere decir
“Lugar de Oro”, porque el Oro, el Sol y el Fuego son un mismo elemento en
diferentes estados de materialización.
Del libro: “Rayo Dorado”, de Rubén Cedeño; pag. 159 a 161. –Edición
Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN &
EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.