LA GENTE QUE ME GUSTA - Mario Benedetti
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.
viernes, 23 de marzo de 2012
VIERNES:SEXTO RAYO ORO RUBÍ DE LA PAZ, LA CURACIÓN, LA GRACIA Y LA MINISTRACIÓN
JUAN EL AMADO - CHOÁN DEL SEXTO RAYO
El Rayo Oro-Rubí es el Sexto en el orden de los Siete Rayos, y
concretiza uno de los “Siete Aspectos de Dios”. Es el Rayo de la provisión, Paz, Suministro, Gracia, Devoción,
Misticismo y Serenidad de Dios.
Estas mismas cualidades están dentro de
nosotros, cuando se combinan las Llamas Dorada y Rosa de nuestro Cristo, y
surge la Llama Oro-Rubí.
De ella proviene todo el potencial de provisión de
toda cosa buena que nos es necesaria.
Gracias a la acción suministradora de
esta Llama, todos los requerimientos de nuestros cuerpos físico, etérico,
astral y mental son suplidos.
Toda
la Provisión que requerimos y anhelamos está dentro de nuestro corazón, y la
encontramos en nuestra radiante Llama Oro-Rubí.
La Llama Oro-Rubí es la que permite que
nuestra Provisión Divina de dinero y alimentos fluya hacia nosotros, como el
aire que respiramos, sin que nos falte nunca, a menos que nuestra mente y
sentimientos lo impidan con su actitud negativa.
CLAVE DE LA PROSPERIDAD
La clave para vivir “Rebosante de Riquezas” es dar, dar y siempre dar.
Pero aquello que demos, debemos bendecirlo para que se nos devuelva
millonificado.
Si damos un Euro, un Dólar, un Peso o cualquier moneda, digamos:
“Dios bendice y multiplica tu Provisión
Divina, y me lo devuelve millonificado para hacerme Rebosante de Riquezas”.
Esta
aplicación también debemos hacerla cuando paguemos una cuenta, hagamos un cheque o depositemos dinero en el banco.
Lo que sebendice, se multiplica.
Bendigamos siempre todo dinero que caiga en nuestras manos.
Por nada del mundo nos sumemos a esas
conversaciones en que se estén afirmando cosas como: “Los bancos están
quebrados”, “la devaluación nos está matando”, “que país tan pobre”. Ya sabemos
la verdad de que la única pobreza está
en la mente, y no participar de esas conversaciones nos protege contra toda
miseria.
Para que nunca nos falte la comida, cada vez
que nos sentemos a comer, démosle gracias a Dios por los alimentos recibidos;
extendamos las manos sobre la comida y digamos.
”Amada Presencia de Dios, bendice estos alimentos y las manos que los
prepararon. Gracias Padre”.
Aplicando
todo esto, va a cambiar nuestra fortuna favorablemente; y si ya somos
opulentos, esto nos mantendrá por siempre afortunados.
El secreto final para
vivir “Rebosante de Riquezas” y jamás arruinarnos, está en el diezmo, que
consiste en donar el diez por ciento de
todo lo que Dios nos da, en beneficio de una obra que difunda este
conocimiento.
Esto puede ser: depositando una dádiva en la bolsita de la
“Donación Amorosa” del grupo espiritual, o comprando libros de esta instrucción
para regalar y hacer que otros aprendan estas enseñanzas y se beneficien de
ellas.
Extraído
del libro:” PROVISION” de Rubén Cedeño. -Edición conjunta: EDITORIAL
MANIFESTACIO & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA
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