El Cuarto Rayo es el Blanco de la PUREZA, Belleza, Ascensión, Invisibilidad, Resurrección, Arte y Disciplina. La pureza se simboliza con el color Blanco. Dios no ha hecho nada feo en su Creación, todo es hermosísimo, por eso nada debe ser feo. Nosotros podemos vivir rebosantes de Belleza. Recordemos el hermoso pasaje de Jesús donde dice: "Considerad los lirios de los campos, cómo crecen, no trabajan ni hilan, pero os digo que ni aun (Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos). Esta es una clarísima alusión, a que Dios es capaz de vestimos con más belleza que la de Salomón con sus fastuosas ropas de rey. La Belleza nos eleva y nos saca del foso de la depresión; por eso esta Llama de Dios es también la de la Ascensión y la Pureza. Cada vez que estemos deprimidos, frustrados, hundidos, queramos salir a flote, nos veamos horrendos, invoquemos el Rayo Blanco de la Pureza y la Belleza, y repitamos: "Yo Soy el Rayo Blanco de la Belleza y la Ascensión". Cuando uno necesita embellecer un lugar o su propio cuerpo, puede invocar este Rayo. Los ángeles aman la belleza y sólo se manifiestan en los sitios hermosos, de exquisitos olores, música armónica, pensamientos positivos y sentimientos dulces y suaves. "El Rayo Blanco" nos hace Bellos y radiantes, asunto que nos permite "ascender" por encima de las condiciones discordantes; nos hace resucitar de la muerte a la que nos conducen las negatividades, el odio y la mala voluntad, la fealdad, las enfermedades, la depresión y el rencor; nos posibilita expresar Arte en todas las manifestaciones de la vida; también, hacernos invisibles a las negatividades y a la maldad; es orden y disciplina, ya que el caos en las cosas y el desorden son falta de belleza y amor.
Titulo original del libro: Pilares
Autor: Rubén Cedeño
Editor: Fernando Candiotto
Edición conjunta:
Editorial Mamfestación
Editorial Señora Porteña
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