lunes, 14 de mayo de 2012

martes:DÍA DEL AMOR DIVINO. CÓDIGO DE CONDUCTA DE UN DISCÍPULO DEL ESPÍRITU SANTO



CÓDIGO DE CONDUCTA DE UN DISCÍPULO DEL  ESPÍRITU SANTO

(Largo de la Sinfonía N*2, de Rachmaninoff)

     GUÍA:  Estar siempre conscientes de que aspiramos a la más absoluta expresión de Dios, para consagrar todo nuestro ser y servicio a este fin, según está expresado en el Primer Mandamiento.
     GRUPO: Aprender la lección de ser inofensivos: ni en pensamientos, ni en sentimientos, ni en palabras, debemos hacerle mal a ninguna parte de la Vida. Démonos cuenta de que las acciones físicas violentas no son otra cosa que la más pequeña expresión dañina del pecado.
     GUÍA:     No agitemos intencionalmente, o sin darnos cuenta, la marejada emocional de nuestro hermano. Démonos cuenta de que la tormenta a la que sometemos su espíritu, tarde o temprano regresará a las orillas de nuestra propia corriente de vida. Lo que más nos conviene es traer la tranquilidad a la Vida y ser como el salmista, que muy hábilmente lo expresó, diciendo: "Sé un bálsamo sobre las aguas turbulentas".
     GRUPO:     Disociémonos del engaño personal. Jamás permitamos que la auto-justificación revele que amamos más a nuestro ego que a la "Armonía Universal". Si estamos en lo cierto, no tendremos que decírselo a nadie. Si estamos equivocados, pongámonos a orar para pedir perdón. Si nos ponemos a contemplar nuestro ego, nos toparemos con la subida de la marea de la indignación, que en la sutilidad de las sombras del Camino de la Rectitud, no es otra cosa que el "fariseísmo".
     GUÍA:          Caminemos gentilmente por el Universo, dándonos cuenta de que el cuerpo es el Templo en el que mora "El Espíritu Santo", que trae la Paz y la Iluminación a todas las partes de la Vida. Constantemente mantengamos nuestro Templo en condiciones limpias y respetables, para que en él pueda habitar El Espíritu de la Verdad. Respetemos y honremos con digna gentileza a todos los otros Templos, sabiendo que muchas veces, dentro de un tosco exterior, arde en su interior una Gran Llama.
     GRUPO:        Cuando estemos delante de la Naturaleza, absorbamos con gentil gratitud las bellezas y regalos que este Reino nos ofrece. No la profanemos con malos pensamientos ni sentimientos; tampoco por actos físicos que la despojen de su Belleza Virginal.
     GUÍA:        No hagamos opiniones de los demás, ni las digamos; sólo después de orar y pedir  guía silenciosamente, podemos darlas si alguien nos las solicita.
     GRUPO:      Debemos hablar solamente cuando Dios escoja decir algo a través de nosotros; si no es así, mantengámonos pacíficamente en silencio.
     GUÍA:            Convirtamos nuestra vida en el ritual del cumplimiento de las Leyes Divinas, de forma tan discreta que nadie sepa que aspiramos a la Santidad, no sea que por esta soberbia, alguna voluntad exterior dirija su fuerza contra nosotros para apartarnos de nuestro servicio.
     GRUPO:       Permitamos que nuestro Corazón sea una canción de agradecimiento por haber escogido expandir Las Fronteras del Más Alto Reino Espiritual de la Vida, bajo cuyo cuidado estamos.
     GUÍA:          Permanezcamos siempre ¡alertas!, para expandir el Reino del Padre hacia toda La Vida, usando las facultades y regalos que Él nos ha permitido tener.
     GRUPO:      No reclamemos como nuestro, nada. Ningún poder ni principado, ni siquiera el aire que respiramos, ni tampoco el Sol, son nuestros. Usémoslos libremente, sabiendo que sólo a Dios le pertenecen.
     GUÍA:           Actuemos y hablemos con prudencia, pero con la dignidad que tiene la Presencia Viva de Dios que mora dentro de nuestro Templo.
     GRUPO:        Cuando estemos tratando de hacerle manifestar la Perfección a alguien que esté angustiado, coloquemos siempre, ante los pies del "Gran Poder de Dios", todas las facultades de nuestro ser y las cualidades de nuestra naturaleza.
     GUÍA:            Hagamos que nuestras características sean la humildad, la mansedumbre y el servicio amoroso, pero no permitamos la equivocación de creer que esto es letargo. Tanto el Señor como su sirviente, al igual que el Sol, están constantemente en vigilia, emanando los regalos que particularmente tienen a su cuidado.

Largo de la Sinfonía N*9, de Anton Dvorak)

     GRUPO:        La Paloma del Espíritu Santo está sobre mi cabeza, ahora, y se quedará para siempre, siendo mi Gran Consolador, eternamente, amén.
     GUÍA:           Gracias, Espíritu Santo, por derramarnos Tus Siete Dones, haciéndonos salir de las siete pobrezas y procurando que cumplamos "El Código de Conducta para un Discípulo del Espíritu Santo".


Del Libro SERVICIOS (Reducido) (pág. 97-99) - Autor: Rubén Cedeño
Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN, EDITORIAL PLATEADA & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA

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