RAYO ORO-RUBÍ
PACIFICADOR
No
hay angustia que el RAYO ORO-RUBÍ en nosotros no pacifique.
En medio de un conflicto, tiroteo o guerra, centrémonos y afirmemos:
“Dios en mí es Paz”.
Si una persona está intranquila por cualquier motivo, uno puede focalizar el RAYO ORO-RUBÍ en su Interior para aquietarla; cerramos los ojos y pensamos:
“Yo me meto dentro de mi RAYO ORO-RUBÍ para aquietarme”.
El tratamiento que aplicamos dice así:
“Aquietaos…y sabed que Yo Soy Dios. Aunque tiemble la tierra… aunque se conmueva el seno del mar… aunque se espumen y agiten las olas, aunque retiemblen los montes a su empuje… túrbense las naciones… vacilen los reinos… no temeré, porque en medio está Dios”.
En medio de un conflicto, tiroteo o guerra, centrémonos y afirmemos:
“Dios en mí es Paz”.
Si una persona está intranquila por cualquier motivo, uno puede focalizar el RAYO ORO-RUBÍ en su Interior para aquietarla; cerramos los ojos y pensamos:
“Yo me meto dentro de mi RAYO ORO-RUBÍ para aquietarme”.
El tratamiento que aplicamos dice así:
“Aquietaos…y sabed que Yo Soy Dios. Aunque tiemble la tierra… aunque se conmueva el seno del mar… aunque se espumen y agiten las olas, aunque retiemblen los montes a su empuje… túrbense las naciones… vacilen los reinos… no temeré, porque en medio está Dios”.
Del libro: “PILARES”, de
Rubén Cedeño, pag. 120. –Edic. Conj.: EDIT. MANIFESTACIÓN, EDIT. SRA PORTEÑA,
LOTO DORADO A.C., EDIT. METAFÍSICA POSTAL & EDIT. SRA DE LA LUZ
“BIENAVENTURADOS LOS
PACIFICADORES, PORQUE ELLOS SERÁN LLAMADOS HIJOS DE DIOS”
Somos pacificadores cuando no
sembramos angustia en la gente, poniéndola contra alguien, enguerrillándola
contra un grupo espiritual, haciendo que ataque a alguien porque se lo cree
inmoral, de otra creencia, de distinta raza, de diferente nivel social o económico.
Cuando vivimos en paz, sin la mancha de la guerra que produce la división, la competencia, el rechazo y los cismas, somos dignos de ser considerados, verdaderamente, hijos de Dios.
Cuando vivimos en paz, sin la mancha de la guerra que produce la división, la competencia, el rechazo y los cismas, somos dignos de ser considerados, verdaderamente, hijos de Dios.
Del libro: “JESÚS”, de
Rubén Cedeño, pag. 168. –Edic. Conj.: EDIT. MANIFESTACIÓN DEL GPO METAFÍSICO DE
CARACAS SEDE CENTRAL & EDIT. SEÑORA PORTEÑA
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