OBSERVACIÓN
La
Observación es una cualidad del Segundo Rayo, tan importante, que sin ella los
demás Aspectos de Dios y Rayos casi son imposibles de desenvolver.
Observar es
percatarse de algo, darse cuenta de un hecho, estar alerta, atento, despierto a
lo que sucede, viendo realmente, sin agregarle la fantasía de la mente ni las
emociones; sin los conceptos religiosos, políticos, sociales o morales que
tenemos grabados.
La
Observación es la actividad primordial de mayor importancia entre todas las que
se puedan realizar en una Vivencia Espiritual, y pertenece al Segundo Rayo
Dorado.
Por medio
de la Observación podemos comenzar a transformar el conocimiento en sabiduría,
que luego se desarrolla en Omnisciencia; esta, a su vez, se convierte en
Iluminación; y la Iluminación nos lleva a la Ascensión, al percatarnos, asumir
y Ser la Realidad de nuestro "Yo Soy", el Existir, la Totalidad de la
Vida, los Siete Aspectos de Dios, los Siete Principios y los Siete Planos.
Solo la
Observación de la fuerza, el saber en los demás y en la vida, el amor entre los
seres vivientes, la belleza de todo lo que nos rodea, la ciencia de cada cosa,
la tranquilidad de la naturaleza y la magia, que es la vida misma, nos conduce
al desenvolvimiento de la Sabiduría y puede disolver la pobreza de la
ignorancia, que es la causante de todos nuestros sufrimientos.
La
Observación es la causa de que dejemos de ignorar el porqué nos suceden las
cosas negativas, y que podamos solucionarlas.
La vida y todos los sucesos se
pueden comprender y resolver, simplemente, por medio de la Observación
Inteligente de los hechos y las situaciones, estando conscientemente, a
plenitud, en el lugar donde se está; y, a través de esta concienciación,
percibir lo que hay de real o de mentira en cada asunto.
APRENDER OBSERVANDO
La mejor
manera de aprender los Siete Aspectos de Dios y los Siete Principios
Universales es observarlos en la Naturaleza, en la historia y en los sucesos de
los seres humanos.
Por eso es tan importante leer, ver películas, escuchar
historias de las vidas de los demás seres humanos, y analizar la acción de los
Siete Principios y los Siete Rayos en sus vidas.
La mejor
manera de aprender es mediante la Observación. Aprendemos a amar, observando el
amor sin juicios ni prejuicios; se puede observar cómo las personas se atraen
unas a otras, se besan y se ayudan.
Con la Observación comprendemos la belleza,
contemplándola en los cuerpos de la gente, en el medioambiente, en las
pinturas, en las construcciones y en todo.
Entendemos la vida observando cómo
se manifiesta en cada cosa. Comprendemos la Libertad, viéndola en un águila que
vuela, en la fuerza del viento, en la elevación de un globo, en el ir y venir
de las olas del mar, en el movimiento cósmico, en los ideales de los
pensadores.
La manera de entender la Luz es observar el Sol en sus diferentes
facetas, en una llama encendida y en los faroles de la calle.
Al
observar, aprendemos sin autoridad, sin nadie que diga imponiendo su decir; así
se aprende por comprobación y convicción propia, y no cabe el engaño.
Podemos
estudiar libros, asistir a charlas, tener un instructor que nos diga las cosas,
pero toda la información que eso genera ha de ser corroborada por nuestra
propia Observación, si no, tiene muy poca validez.
Del Libro RAYO DORADO (pág. 31-33) - Autor: RUBÉN
CEDEÑO
Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN &
EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA
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