Ejercicio 1A
Para
curarse a sí mismos, lo fundamental es experimentar apartando "la
personalidad" del camino y dejar que Dios haga la curación.
Existe una
tremenda Voluntad en el Universo que cuando se libera mediante la atención,
proporciona un formidable ímpetu de perfección; en este caso, de salud
perfecta.
Llegar a estar en perfecta armonía con esa fuente de la Voluntad es
fundamental para la curación.
"Tu Voluntad sea hecha en y a través de mí,
ahora"
Para
que la atención se desvíe de la enfermedad o del dolor, comiencen colocando su
cuerpo físico en un lugar seguro, confortable, en donde ustedes no estén
expuestos a interrupciones.
Mantengan su espina dorsal recta y las extremidades
sin cruzar (esto puede hacerse de pié, sentado o acostado).
Comiencen a
respirar profunda y rítmicamente, llenando de aire primero su abdomen y cuando
éste no pueda expandirse más, dejen que el aire vaya subiendo desde su abdomen
hacia el tórax y hasta los hombros.
Coloquen una mano sobre su abdomen y la
otra en el pecho para que sientan este movimiento vibratorio.
Luego, con
bondadoso control, dejen salir el aire lentamente, impulsándolo hacia afuera
con los músculos abdominales (sientan la flexión de estos).
Entonces inicien de
nuevo el ciclo llenando el abdomen hasta donde puedan permitiendo que el aire
suba hasta el tórax y salga de nuevo lenta y completamente.
Respiren por la
nariz tanto como sea posible.
Practiquen esta respiración rítmica hasta que sea
muy fácil para ustedes sostener un ritmo sin necesidad de cobrar aliento ni de
preocuparse por sensaciones extrañas, tales como mareos o corazón acelerado,
que pueden ser comunes al principio.
No son peligrosas.
Ustedes simplemente
están superando la respiración anormal (de muchos años y probablemente de
muchas encarnaciones) y sus cuerpos necesitarán reajustarse.
Se trata de una
readaptación muy segura para el organismo y necesaria para los subsiguientes
cambios.
Lo mejor es un programa regular de ejercicios respiratorios (por
ejemplo: cada mañana y cada noche) sin embargo, también pueden ser practicados
en cualquier momento y lugar durante períodos cortos.
Cada vez que terminen el
ejercicio pidan a su Presencia Electrónica (que USTEDES SON) que sostenga este
ritmo a través de sus cuerpos físicos todo el tiempo.
Ejercicio 1B
Cuando
tengan un sentimiento de tranquilidad asociado con la respiración profunda y
esto ya no sea una lucha, comiencen a incluir las visualizaciones.
Recuerden,
primeramente, que el aire que respiran de la atmósfera es un regalo del
Espíritu Santo Cósmico.
Su aliento sale y crea una atmósfera alrededor de
cada planeta no sólo para sostener la vida, sino para hacer prosperar el
crecimiento espiritual.
Allí estriba el misterio del prana.
Luego el Señor Mahá
Chohán sirve cuidando que la atmósfera sea conservada, limpiada y purificada,
usando el Reino Elemental de tal forma que el Aliento Flameante de Dios esté
disponible para toda vida sobre la Tierra.
Cuando respiramos, tomamos de la
sustancia de la vida eso que se ha originado para nosotros directamente desde
nuestro Dios Padre-Madre a través del Espíritu Santo.
Es un eslabón directo con
la vida pura de Dios. Es una parte tangible del Mar Eterno de la Vida y ustedes
viven, se mueven y respiran en ella.
No existe una célula de su ser que no
contenga este núcleo de pura Luz y Vida de Dios.
Luego
visualicen, con cada respiración, que sus pulmones absorben esta Sustancia Luz
Universal como si estuvieran llenándose con un gas resplandeciente.
A medida
que continúen su ciclo de respiración, permítanle expandirse hacia dentro de su
pecho...y luego hasta el área de su cabeza y mente...que alcance sus
extremidades...que baje hacia sus órganos internos y que continúe bajando hasta
los dedos de sus pies.
Siéntanse a sí mismos llegando a estar más livianos
(i-lu-mi-na-dos).
Relájense dentro de su Mar de Luz Resplandeciente.
Si hay
cierta parte del cuerpo enferma, concentren el aliento a través de la atención
en ese punto y vean y sientan esa área resplandeciendo más brillantemente con
cada nueva respiración.
Ésta es la
antigua tradición del Oriente, de la concentración del aliento para la
curación.
Practiquen regularmente esta corta visualización a medida que avancen
en su trabajo sobre la respiración
.
Maestro Hilarión
Libro: Manual de Curación-Edic.conjunta:Editorial Manifestación,Ediciones Merú y Editorial Señora Porteña
Libro: Manual de Curación-Edic.conjunta:Editorial Manifestación,Ediciones Merú y Editorial Señora Porteña
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