COMPRENSIÓN
La Comprensión es una cualidad muy importante
del Segundo Rayo de la Sabiduría.
Comprender es tomar conciencia de cualquier
asunto, sea personal o ajeno, nacional o mundial.
Al COMPRENDER todo lo que nos
rodea: personas, situaciones, circunstancias y, primeramente, comprendernos a
nosotros mismos, comenzamos a solucionar nuestros inconvenientes y a eliminar
el sufrimiento, ya que toda situación tiene la solución dentro de sí misma, lo
único que hay que hacer es descubrirla y, para esto, es imprescindible la
observación, vivir “Avalokita”. Vivir
“Avalokita” es vivir en observación,
con los ojos abiertos, despierto.
Debe hacerse lo que sea necesario para
conseguir la Comprensión, como puede ser: estudiar, observar, meditar,
reflexionar, preguntar o indagar, ya que sin comprensión no llegamos a nada, y
lo que hacemos es inmiscuirnos cada vez más en la hondura de los problemas y
las dificultades.
Comprendiéndonos a nosotros mismos, la
Causa de las cosas, los “Siete Aspectos de Dios”, los “Siete Principios Universales”,
y aplicando esta comprensión, podemos liberarnos del sufrimiento.
Para poder
solucionar una situación tenemos que comprender qué Principio Universal estamos
ignorando o dejando de aplicar, qué Aspecto de Dios no estamos reconociendo y
en cuál de los Cuerpos está nuestro descuido o desequilibrio.
Hay que comprender también que “todo
es ilusión, vacío, fantasía”; todo se va a terminar algún día, y si nos
apegamos por incomprensión, esto es la CAUSA del sufrimiento.
Por lo tanto, no
debemos apegarnos a nada. Lo que tiene principio tiene fin, y lo que no ha
tenido principio nunca tendrá fin.
Si una persona quiere comprender a
otra que es drogadicta, ladrona, mentirosa, homosexual, desleal, no la puede
condenar; debe observar, escuchar y comprender con profundidad, silencio y
reflexión, aunque esto no quiere decir que apoye la condición.
Este es el
principio de la solución.
Cuando hay amor, sensibilidad,
comprensión e inteligencia, la monja comprende al travestido; el capitalista,
al comunista; el evangélico, al católico; el judío, al árabe; el guerrillero,
al oligarca; el soñador, al materialista.
No hay polaridades.
En la Comprensión se transita el
sendero del medio, a igual distancia del par de opuestos, y esto permite no
sufrir las consecuencias de andar en posiciones extremas.
Al comprender una situación
inarmónica, esta se disuelve y nos liberamos de ella.
No comprender es el verdadero problema que causa sufrimiento.
Del libro: “RAYO DORADO”, de Rubén Cedeño; pag. 88/89. –Edic. Conj.:
EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA
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