lunes, 16 de julio de 2012

VIRTUDES DEL TERCER RAYO AMOR DIVINO




VIRTUDES DEL TERCER RAYO
AMOR DIVINO
     
El Tercer Rayo es la primera expresión del Espíritu Santo en el mundo de la materia, y los cuatro Rayos restantes completan la actividad creadora bajo la supervisión y dirección de nuestro Señor el Mahá Chohán Pablo el Veneciano. 
Su gran servicio es traducir el Plan Divino a la expresión física. 
El Primer y Segundo Rayo representan los aspectos de Dios Padre e Hijo, los cuales, cuando han sido asimilados totalmente, preparan al estudiante o chela para ingresar concientemente en el sendero de la actividad creadora de acuerdo con el Plan Divino. Después que el chela se ha convertido en un maestro del silencio, se ha tornado consciente del Plan Divino (el cual es la Libertad para la Tierra y toda vida en Ella), y ha logrado comprender su propia unidad con el principio Padre-Madre de la creación bajo el Primer y Segundo Rayos, entonces está preparado para llevar ese Plan Divino a la manifestación desde los planos superiores y convertirse, en vez de receptor, en un actor.
     Están familiarizados con el símbolo del Espíritu Santo, que es una mano
La mano significa actividad, dar energía. 
Una energía consciente creadora fluye a través de las manos para cumplir un servicio físico. 
Entonces el Tercer Rayo es el primer punto de contacto entre el mundo espiritual donde el Plan Divino se encuentra completo, y el mundo físico, que es la sustancia primigenia que debe moldearse según el patrón divino.
     Aún no se ha hecho suficiente hincapié sobre este Rayo en ningún área de estudio, y sin embargo, es una de las actividades más valiosas que una corriente de vida puede asimilar. 
Uno puede estudiar y aprender durante toda una eternidad, pero hasta que ese conocimiento no se haya aplicado no tiene ninguna utilidad.
     Al Veneciano se lo conoce como "El Maestro del Tacto, la Diplomacia y la Belleza", y por lo tanto se lo ha idealizado como una forma de vivir estética en vez de una expresión práctica, dinámica y pujante de la Mente Divina en el mundo de la forma. En verdad, el Tacto y la Diplomacia son una parte del hombre del Tercer Rayo, porque al convertir el pobre aspecto del mundo externo en el Plan Divino, ya sea en una localidad o una nación, cuanto más pueda lograrse a través de estas cualidades -en vez de destrozar llamativamente la forma existente- mejor. En resumidas cuentas, el Plan Divino para que pueda tener una aplicación práctica debe ser atraído a la sustancia física y moldeado en la sustancia del plano terrestre, y es a través de este gran Rayo, que tiene lugar el proceso de transmutación.
     Los estudiantes de la Ley han recibido un sin número de señales acerca del Plan Divino con relación a sus vidas personales, y Yo les aconsejaría que aprovechen la oportunidad bajo la dirección del gran Veneciano para traducir su parte de ese plan a la expresión física.
     El Amor Divino es un poder cohesivo que magnetiza pura Luz electrónica y hace que se mueva rítmicamente alrededor de un núcleo central, creando un átomo; la coalición de muchos de ellos puede utilizarse para formar un vehículo a través del cual la humanidad puede expresarse como nación, continente y planeta. Cuando el Amor Divino proyectado por la Presencia "YO SOY" es quitado de cualquier creación, sea esta una forma humana o los denominados objetos inanimados, esa forma comienza a desintegrarse, porque el poder cohesivo del Amor Divino que lo mantenía unido ya no está más presente. Por lo tanto, en la precipitación consciente, el desarrollo del Amor Divino impersonal es esencial para sostener la precipitación. 
La comprensión que la humanidad no ascendida tiene del Amor Divino es una parodia cuando se la compara con el verdadero Amor Divino de Dios. 
Así, tanto el cuerpo físico del hombre, como la creación de grandes civilizaciones, están sujetos al deterioro y la ruina. 
¿Por qué? 
Porque el poder cohesivo del Amor Divino no está en su núcleo, y una forma inferior de amor, aunque pueda crear formas temporarias, no posee el poder sostenedor para mantener esa forma hasta que haya servido a su pleno propósito. 
La desintegración, la enfermedad, la ruina y la muerte son la mayor prueba sobre la Tierra de que el Amor Divino no fue la causa de esa creación. 
Por lo tanto, esa creación fue transitoria y estuvo sujeta a la desintegración por parte de fuerzas dentro y fuera de la persona que había atraído tal manifestación.

Del Libro Dulzuras de Kashmir (pág.141-144) - Autor: KOOT HOOMI
Edición conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL PORTEÑA & EDITORIAL LOTO DORADO & EDITORIAL SEÑORA INDEPENDENCIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario