Nadie te puede
quitar lo que te pertenece por derecho de conciencia, como tampoco te puede
privar de lo que, en verdad, te corresponde por el mismo derecho supremo.
Por lo tanto,
harás bien en no acumular tesoros en la tierra sino, más bien, acumularlos en
el cielo; esto es, el entendimiento de la Ley Espiritual.
Si acudes a las cosas
externas, pasajeras y mutables, tanto por felicidad como por seguridad, no
estás poniendo a Dios de primero.
Si pones a Dios de primero en tu vida,
encontrarás que nada de lo que haces te causará ansiedad, ya que donde esté tu
tesoro, también estará tu corazón.
Del libro:
“METAFÍSICA ORIGINAL” de Emmet Fox; pag. 105. -Edición Conjunta EDITORIAL
MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA
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