PREFACIO
He
comprimido este escrito hasta reducirlo a tres páginas.
Si hubiera sido posible
lo habría reducido a cinco líneas.
No intenta ser un tratado de instrucción,
sino una fórmula práctica para vernos libres de dificultades.
El estudio y la
investigación están muy bien en su lugar, pero ni lo uno ni lo otro te librará
de ninguna dificultad concreta.
Solo por obra de tu propia conciencia podrás
lograrlo.
El error de mucha gente, cuando las cosas les salen mal, es el de
buscar ligero conocimiento hojeando libros y con esto no adelantan nada.
Lee la
Llave de Oro varias veces. Haz exactamente lo que dice y si eres bastante
persistente, vencerás cualquier dificultad.
- La
Llave de Oro -
La ORACIÓN
científica te hará, tarde o temprano, apto para salir tu mismo o para sacar a
otros de cualquier dificultad existente sobre la faz de la tierra. Es La Llave
de Oro de la armonía y de la felicidad.
Para
aquellos que no están familiarizados con el poder mayor que existe, eso
parecerá una aserción aventurada, pero sólo bastará que se haga una honesta
prueba para demostrar sin sombra de duda que ello es lo cierto.
No necesitas
creer en lo que se te diga al respecto, sencillamente, pruébalo por ti mismo y
verás.
Dios es
omnipotente y el hombre ha sido hecho a Su imagen y semejanza y tiene dominio
sobre todas las cosas.
Esta enseñanza inspirada debe ser tomada literalmente,
por su valor actual.
Aquí el hombre quiere decir todos y cada uno de los
hombres y, por lo tanto, la habilidad para disponer de este poder no es la
prerrogativa especial del místico o del santo, como frecuentemente se supone,
ni aún del practicante de la Verdad mejor entrenado.
Quienquiera que seas,
dondequiera que estés, La Llave de Oro de armonía se halla en tu mano ahora
mismo.
La razón de ella es que en la oración científica es Dios el que abra, no
tú, por lo cual tus limitaciones y debilidades particulares no entran para nada
en el asufilo.
Tú eres únicamente el canal a través del cual tiene lugar la
acción divina y tu conducta para recibir los beneficios de este tratamiento
realmente no será otra de apartarte a un lado.
Los principiantes obtienen con
frecuencia notables resultados a las primeras pruebas, porque todo lo que es
absolutamente esencial es mantener una mente receptiva y suficiente fe para
probar el experimento.
Aparte de eso, se puede tener cualquier punto de vista
religioso o no tener ninguno.
En cuanto
al actual método de obrar, como todas las cosas fundamentales, es la sencillez
misma.
Todo lo que tienes que hacer es esto:
Dejar de pensar en la dificultad,
y en su lugar pensar en Dios.
Esta es la regla completa y si no haces más que
esto, la dificultad, cualquiera que sea, no tardará en desaparecer.
No hay
diferencia en la clase de dificultad que sea.
Puede ser grande o pequeña; puede
ser concerniente a la salud, a las finanzas, un pleito judicial, una riña, una
casa incendiada o cualquier otra cosa concebible; pero sea lo que fuere,
simplemente deja de pensar en ello y en su lugar piensa en Dios eso es todo lo
que tienes que hacer.
¿Podrá
haber cosa más sencilla? Dios mismo casi no podría hacerla más sencilla y sin
embargo nunca falla cuando se aplica debidamente.
No trates
de formar una imagen mental de Dios, lo cual, por supuesto, es imposible.
Obra
repitiendo todo aquello que sepas acerca de Dios.
Dios es Sabiduría, Verdad,
inconcebible Amor. Dios está presente en todas partes; tiene infinito poder;
todo lo sabe; y así sucesivamente.
No importa lo bien que entiendes estas
cosas: repítelas sin cesar.
Pero debes
dejar de pensar en la dificultad, cualquiera que sea. La regla es pensar en
Dios y si estás pensando en tus dificultades, es que no estás pensando en Dios.
El observar incesantemente los asuntos con sospecha, para darnos cuenta de como
marchan, es fatal, porque esto equivale a pensar en la dificultad y se debe
pensar en Dios y nada más.
Tu objetivo
debe ser borrar la dificultad de tu conciencia, cuando menos por un instante,
sustituyendola por el pensamiento en Dios.
He ahí lo especial. Si puedes quedar
absorto en esta consideración del mundo espiritual de manera que realmente
olvides por un rato todo lo que se refiere a la dificultad que te indujo a
obrar, te encontrarás seguro y cómodamente libre de esa dificultad -es que has
llevado a cabo tu demostración.
Si quieres
aplicar La Llave de Oro a alguna persona que le incomoda o a una situación
difícil, piensa:
"Voy a aplicar a Pepe o a María, La Llave de Oro
o a ese peligro que me amenaza"; luego procedo a desalojar de tu mente
todo pensamiento que atañe a Pepe o a María o al peligro, reemplazándolo por el
pensamiento en Dios.
Si haces
esto con alguna persona, no influirás sobre su conducta, excepto que le
impedirás hacerle daño o molestarle y con eso sólo le harás un bien.
De allí en
adelante es seguro que será una persona algo mejor, más iluminada y espiritual,
nada más que porque le has aplicado "La Llave de Oro".
Un pleito
judicial que esté pendiente o cualquier otra dificultad probablemente se
desvanecerán sin hacerse más graves, impartiendose justicia a todos los
implicados en él. Si puedes hacer esto con prontitud, repite con intervalos la
operación varias veces al día.
Sin embargo, asegurate de que cada vez que lo
haces, retiras todo pensamiento del asunto hasta la próxima ocasión. Esto es
muy importante.
Hemos dicho que La Llave de Oro es sencilla y así lo es, pero,
por supuesto, no siempre es fácil de aplicar.
Si estás muy asustado o
preocupado, puede serle difícil al principio distraer tus pensamientos de los
casos materiales.
Pero repitiendo constantemente alguna expresión de Verdad
Absoluta que consideres importante, tal como "Solo existe el poder de
Dios", o "Yo Soy hijo de Dios penetrando y envuelto en la paz
perfecta de Dios", o "Dios es amor", o "Dios me guía",
o quizás la más sencilla de todas, "Dios está conmigo", no importa lo
mecánica e inútil que al principio le parezca este tratamiento -pronto te darás
cuenta de que él empieza a tener efecto y de que tu mente se aclara.
No luches
con violencia, sino con quietud e insistencia. Cada vez que encuentres
divagando tu atención, dirígela de nuevo a Dios.
No
pretendas delinear por adelantado la solución que probablemente deba tener tu
problema. Eso sólo vendría a retardar la demostración. Deja la cuestión de
medios y resultado final estrictamente a Dios.
Lo que Tú quieres es liberarte
de la dificultad: con eso basta. Haz tu parte, que Dios no fallará en hacer la
Suya.
"Todo
aquel que invocare el nombre del Señor será salvo".
ADVERTENCIA
Para
resolver problemas y vencer toda clase de dificultades, muchas personas en
todas partes del mundo se han valido de La Llave de Oro, lo cual en la forma de
la presente versión viene a desempeñar un nuevo servicio de utilidad.
Me alegra
sobremanera el poder cooperar de este modo al noble y valioso ministerio de
Unity, en el que creo con toda sinceridad.
Sea La
Llave de Oro el medio de tú abrir la puerta de la Salud, de la libertad y
conocimiento de Dios.
Emmet Fox.
La
Llave de Oro por Emmet Fox - Derechos Reservados 1931 por
Emmet Fox
UNITY SCHOOL OF CHRISTIANITY - Unity Village, Missouri
64063, U.S.A.
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