ESCLAVO DEL SEÑOR
43 No esperemos nunca que la gente venga hacia nosotros; vayamos
nosotros hacia ella.
El que solo permite que la gente acuda a él, es arrogante; el humilde se
acerca a todos por igual.
Recordemos a cada instante, que
estamos en el mundo para servirle al Señor.
Repite internamente: "Yo soy el humilde esclavo del
Señor".
44 Jamás discutamos para tener la razón; eso es orgullo.
"La Verdad no se discute".
La mentira termina engañándose a si misma.
45 Jamás nos hagamos merecedores de lástima, ya que esto es querer
atraer la atención de los demás hacia nosotros para manipular, y en el
fondo, es falta de humildad.
46 Reconozcamos en nosotros y en todos los seres la existencia interna
del Cristo como única Verdad, Poder y Sustancia.
47 Vivamos una vida de perdón, amor y servicio para con todos los
Seremos Humanos, animales, vegetales, y minerales.
Reconozcamos la supremacia espiritual por encima de todas nuestras
vidas, pensamientos, palabras y obras.
48 Sonriámosle a todo el mundo, y transmitamos a través de nuestra
sonrisa el Amor unificador de Dios.
49 No destaquemos jamás las diferencias que puedan existir entre
nosotros y los demás seres humanos, razas, religiones y nacionalidades, porque
somos uno con toda la humanidad.
No hagamos notar diferencias espirituales entre las personas.
Todos somos iguales en esencia, aunque externamente tengamos
diferencias.
50 Estemos dispuestos, a cada momento, a dar ayuda física, emocional,
mental y espiritual a todos los miembros de la familia humana que vengan a pedirnos
asistencia, sean de nuestro grupo o no, amigos o no, pobres o ricos, de nuestra
clase o de otra.
51 Seamos un Sol de amor para cada corazón.
del libro "Humildad" , por Rubén Cedeño"(Pág 30-32)
Editorial
Manifestación, Ediciones Merú y Editorial Señora Porteña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario