GRACIAS PADRE por Sebastian Wernicke
Dar Gracias es algo que no acostumbramos hacer, por eso inventamos
conmemoraciones a lo largo del año para recordarnos que tenemos que ser
agradecidos.
Cuando todo está bien en nuestra vida, muchas veces olvidamos dar
gracias a Dios.
Pero cuando la realidad nos golpea de cerca con un hecho incomprensible
para nosotros, es ahí donde reaccionamos y damos un grito al cielo clamando por
una respuesta.
Entonces comenzamos a preguntarnos:
¿Quién Soy, de dónde vengo,
adónde voy, porqué me suceden estas cosas, porqué la vida es injusta
conmigo...?,
y es cuando Dios se queda en silencio y no nos contesta.
Si Dios nos diera las respuestas, Él haría todo por nosotros, y entonces
¿qué sentido tendría nuestra vida?
Parte del propósito de nuestra vida es encontrar las respuestas a todas
estas preguntas y a muchas más.
Ésta es la finalidad de las actividades metafísicas, de los libros, de
las páginas web y de todo lo que hacemos para ayudar a la gente a encender esa
Luz en sus vidas.
Todos los seres humanos que están comenzando a abrir los ojos a la
realidad de la vida se hacen todas estas preguntas en algún momento.
Así, tenemos que tener el claro propósito de responder todas estas
preguntas a medida que avanzamos por el sendero de la vida.
¿Qué es lo que falla cuando sucede una aparente “injusticia”?
Nada falla.
Todo es causa y efecto.
Somos libres y hacemos uso de nuestra libertad a cada momento, incluso
cuando nos equivocamos.
Todos nosotros tenemos un Plan Divino de Perfección, pero esto es solo
un plan, no es necesariamente lo que luego sucede.
El Plan Divino siempre es perfecto y contempla el bien y solo el bien.
Pero somos nosotros los ejecutores del Plan, y con nuestra libertad
elegimos llevarlo a cabo o ignorarlo y hacer algo diferente a lo que Dios ideó
para nosotros.
Nuestro Plan Divino de Perfección es que seamos felices, que estemos
llenos de amor, que tengamos todo lo que necesitemos en abundancia, que
tengamos cuerpos sanos y una sabiduría infinita para comprender la vida.
Uno de los secretos de la felicidad es dar gracias por todo y bendecir
toda situación.
Cuando nos suceda algo inesperado o incomprensible, digamos:
“Bendigo el bien en esta situación. Lo declaro y lo quiero ver. Gracias
Padre porque así es”.
Toda situación difícil es una oportunidad para crecer y aprender.
No la desaprovechemos, ya que para eso es la vida.
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