INTELIGENCIA
CREATIVA
La inteligencia es creativa, no es imitativa, porque cada
uno tiene que desenvolver la inteligencia en algo distinto, y no puede haber un
libro ni un método que diga lo que hay que hacer en cada caso.
Lo que hay que
hacer para resolver todos los inconvenientes es desarrollar la inteligencia.
Algunas personas andan preguntando: ¿Qué hago?, pero uno tiene que saber qué es
lo que debe hacer.
Si le dices lo que tiene que hacer a esa persona, nunca va a
desarrollar la inteligencia.
La inteligencia siempre es nueva, porque no hay un método
para decirte que debes hacer en cada situación.
Si está lloviendo, abrirás un
paraguas; si hace calor, te abanicarás; todo depende de la situación, y solo la
inteligencia te lo dirá.
Estén claros, esto no es un ejemplo vano.
Si vas a
bajar por el ascensor o por la escalera, la inteligencia te lo dirá en el
momento, de acuerdo a las circunstancias; por eso siempre es nueva.
Tú no
sabes, cuando llegues al sitio donde vas, si habrá electricidad o no; por lo
tanto, anticipadamente, no te puedo decir si te tienes que alumbrar con un
bombillo, una linterna, una vela o un rayo láser.
La inteligencia es un reto continuo.
Para pasar la calle
tienes que ser creativo, tienes que estar mirando los autos, pues si no lo
haces y dices: “A mí me dijeron que pasara después del auto rojo”, y lo haces
sin pensar, sin ver si viene un camión, te pisa y te quedas ahí, como una
estampilla, porque no usaste la inteligencia, porque te dijeron que hicieras
esto o lo otro y lo hiciste, sin tomar en cuenta las consecuencias.
DECISIÓN
INTELIGENTE
Piensa, detente, como cuando estás en la calle y te paras
en una esquina a pensar por dónde vas a cruzar; porque si te equivocas, vas a
caminar muchas manzanas de más, te vas a meter por una calle que no te conviene
o por un barrio desagradable.
Uno tiene que utilizar la inteligencia; toda decisión
necesita de inteligencia.
A veces, a uno le puede tocar salir de la casa y
pasar un mes en Italia dando clases; después, otro mes en la India; entonces la
gente pregunta: “¿No te cansas?”, y uno le responde: “¡No. Yo lo decidí!”.
Cuando acepté hacerlo estaba consciente de la decisión y tomé medidas para
asumirlo con felicidad, porque si no, diría que no.
Y cuando no sé, digo: “No
sé”. Uno también debe aprender a decir: “no sé”. Cuando no sabes, no puedes o
no consideras que lo puedas hacer inteligentemente, tienes que tomarte tu
tiempo; tienes un derecho, también, de tomarte un tiempo para resolver y no
equivocarte.
INTELIGENCIA
DE CAUSA Y EFECTO
Si sabes el Principio de Causa y Efecto, no puedes darte
el lujo de equivocarte, porque si lo haces, te traerá una ola de desastres; y
al revés, si tienes un gran acierto, vas a desatar una ola de bendiciones.
Entonces, ten cuidado hasta de cómo te vas a levantar de la silla, porque sabes
que cada paso que des va a traer una consecuencia.
Eso es ser Inteligente, ser
metafísico, no es otra cosa; eso es lo que le he visto a mis maestros, como a
Conny Méndez, y por eso me enamoré de la Metafísica; no por los decretos, por
estar rezando a los Maestros, estar viendo luces, teniendo visiones ni estar
pensando en el más allá.
Lo que me enamoró de Conny Méndez fue poder ser
Inteligente, estar lúcido, claro y tener la vida resuelta.
Era un adolescente y
me dije: “Cuando sea grande y viejo, quiero ser como Conny Méndez, vivir como
ella, inteligentemente, con todo resuelto”.
Eso fue lo que quise. Para eso
utilizo la Metafísica.
Del libro: “Rayo
Dorado”, de Rubén Cedeño; pág. 120 a 122. Edición Conjunta: EDITORIAL
MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.
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