Los Tres Estados de Conciencia
Atma-Buddhi-Manas constituye la Llama Triple o los “Tres
Estados de Conciencia” de la Divina Presencia “Yo Soy”; es conocido por nombres
como el “Ser Espiritual”, la “Tríada Superior”, “Tríada Espiritual” o el “Yo Superior”.
Es el recipiente donde la Presencia “Yo Soy” vierte su más grande potencial de
Bondad, Voluntad, Sabiduría y Amor Divino.
La Presencia “Yo Soy” es el “Divino
Observador” –por eso se la pinta con ojos muy grandes- y anima a su “sombra”,
que es el “yo inferior” sobre la Tierra.
Atma-Buddhi-Manas es de una naturaleza
idéntica a la Presencia “Yo Soy”, pero proyectando fuera de Ella, de una fuerza
apenas un poco menor, asunto producido por los velos de materia que la
envuelven, los cuales son más densos que su naturaleza, aunque, para un ser
humano, esto es imperceptible.
La Presencia “Yo Soy”, cuando ya ha
desprendido de Sí Misma los tres “Átomos Maestros Permanentes” de Atma, Buddhi
y Manas, ha iniciado su trabajo, que comienza por la involución.
El “Yo Soy” no
puede descender a un plano más denso que el suyo propio, o perder luminosidad,
pero vive y trabaja por medio de Sus tres Átomos Maestros de Atma, Buddhi y
Manas.
Aunque la Presencia “Yo Soy”, en su
propio plano, en lo que respecta a su vida interna, es Fuerte, Consciente,
Capaz, supremamente Amorosa, Inmaculadamente Pura, Verdad Suprema de nuestro
Ser, Provista de todo lo indispensable y de Absoluto Amor Compasivo, en los
planos inferiores, por motivo de las limitaciones del tiempo y el espacio, las
creaciones mentales y emocionales, parece que fuera sólo una simiente que para
la mayoría de las personas es desconocida.
La Presencia “Yo Soy”, al principio de
su advenimiento a los planos más densos, es esclavizada por ellos y dominada
por la materia densa; pero lentamente, a través de la evolución, con mucha
seguridad y constancia, Ella va moldeando la materia para poder expresarse por
intermedio de ella, y así la va dominando y va desenvolviendo la maestría hasta
conseguir supeditarla absolutamente.
En este propósito está protegida y ayudada por
las Supremas Inteligencias Cósmicas del Segundo Rayo Dorado, hasta que Ella con
el tiempo, puede vivir en los mundos más densos tan plenamente como en los más
sutiles, y convertirse en un “Sol Espiritual”, luego en un “Gran Sol Espiritual”,
después en un “Gran, Gran Sol Espiritual Central”, y de último, en un “Gran,
Gran, Gran Sol Espiritual Central” o “Logos Cósmico”, y producir de sí misma un
Universo. Porque un “Gran Sol Espiritual Central” no crea de la nada; Él lo
desenvuelve todo desde dentro de Sí Mismo.
Esta plena manifestación de los tres
Aspectos de conciencia expresada por la Presencia “Yo Soy”, tiene lugar en el
mismo orden que la manifestación del “Triple Logos” en el Universo.
El Tercer
Aspecto de la Divinidad, que es el Rayo Rosa del Amor-Actividad, como energía
creadora y acumulador de conocimiento, es el primero en perfeccionar sus
vehículos.
El Segundo Aspecto, el Rayo Dorado de la Sabiduría, expresándose
como Razón Pura o Intuición, es el segundo que resplandece; este es el Mesías,
el Cristo o “Krishna Interior”.
El Primer Aspecto, el Rayo Azul de la Voluntad,
el Poder Divino del “Yo Soy”, es el último en revelarse. El Ser humano primero
percibe y es capaz de desarrollar el Amor de Dios; luego, su Sabiduría; y lo último
y más difícil de manifestar es la Voluntad Divina.
Del libro: “Jerarquías Creadoras”, de Rubén Cedeño; pág. 88 a 91. Edición
Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.
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