LEY DE
CAUSA Y EFECTO
Cuando los
curadores y científicos nos visitan en nuestros Templos Etéricos (y muchos lo
hacen), una de las primeras cosas que se revisa con ellos es la Ley de Causa y
Efecto.
La medicina tiene una gran tradición de tratar siempre de mirar más
allá de los efectos (síntomas) de una enfermedad para su cusa, pero es difícil
para la humanidad aceptar que la causa de la enfermedad física puede estar más
allá del reino físico.
Obviamente, para tener efectos físicos, una enfermedad
es transmitida en algún punto a través de un mecanismo físico, que es donde el
hombre busca la respuesta a la enfermedad.
En el mejor de los casos, él está
predestinado sólo a un alivio temporal; por ejemplo: la cura aparente de una
enfermedad infecciosa con un antibiótico para matar los organismos ofensores,
no responde la pregunta de por qué este cuerpo era susceptible a ese germen, y
la semilla de esa susceptibilidad permanece para brotar de nuevo como
enfermedad hasta que sea desintegrada a través de la purificación.
Es sabio tomar algo para la infección y
más sabio aún purificar también la causa interna del mal estado.
¿Cuáles
son las fuerzas que mantienen nuestro cuerpo en equilibrio y sano?
En el nivel
físico, este es el estudio de ciencias tales como la Inmunología, (defensas que
ocurren naturalmente en el cuerpo).
Pero en un nivel más profundo, necesitamos
mirar de nuevo a la Ley de Causa y Efecto.
Si
el efecto o resultado deseado es el mantenimiento del cuerpo libre de
problemas, entonces la causa para tal efecto debe ser creada.
“Causa” es
definida (por Webster) como: “Una persona, cosa, hecho o condición que
manifiesta una acción o estado resultante…para traer a la existencia o hacer…”.
La Presencia “Yo Soy” Universal es la
Primera Causa, El Divino Hacedor: La Perfección.
El Dios Padre-Madre
intenta fuertemente que todas las cosas sean perfectas y ésta es Su Primera
Causa.
El hombre debía unirse a esta Primera Causa e invocar en su propio mundo
la perfección continua.
Este proceso, mediante el cual el hombre transforma su
causa (o intención) en efectos (o resultados), tiene lugar a través de sus
pensamientos, sentimientos, voz y acciones.
Así, si el hombre quiere originar
un cuerpo libre de problemas, sano, él debe ver que cada pensamiento, sentimiento, palabra hablada y acción vibre con salud.
Recordemos la Ley: “Lo que piensan y sienten lo traen a la forma; sobre lo que
meditan, en eso se convierten”.
De ese
modo, la curación viene de una mente pacífica y un corazón fuerte.
En la
mayoría de los casos, esto es producto del desarrollo de las edades.
Pero se
acerca el momento en que la curación llegará a estar disponible para la familia
humana entera, de manera rápida.
Tal
meta parece difícil debido al caos presente, sin embargo este caos es
sólo la escoria de la mala creación del hombre, o la causa equivocada llegando
a la superficie a medida que más Luz es añadida a la Tierra.
En algún punto, el
eje de la Tierra será enderezado, como ha sido decretado, y Ella aceptará Su
órbita perfecta.
Cuando esta curación o restauración del cuerpo de la Tierra
tome lugar en las manos del Curador Cósmico, la curación sobre el Planeta
ocurrirá con mucho menos esfuerzo como desean todas las leyes del cielo.
“Hágase Tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo”, y en el Cielo (La
Conciencia Maestra Ascendida), la Perfección se desarrolla continuamente, sin
esfuerzo.
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