PUREZA DE
INTENCIONES
Es una
protección tan inmensa, que todo el que no la tiene, fracasa en lo que intenta
hacer.
Forma una especie de armadura invencible que no puede ser traspasada por
ninguna arma; ante ella se detienen las intenciones y odios más nefastos y
feroces.
Cuando Klingsor le tira a matar a Parsifal, con la lanza que usaron
para herir a Jesús en la Cruz –que es el poder de la mente usado para el mal-,
la pureza de Parsifal detiene la lanza en el aire y todo mal desaparece.
El mal
no le puede llegar a ninguna persona pura. La pureza de darlo todo sin
intereses es la máxima protección que puede tener un ser humano, contra la que
ninguna energía siniestra logra actuar.
El mal no tiene poder ante la pureza de
intenciones y de mente, de la persona que actúa sin intereses creados; el mal
se destruye a sí mismo, y el puro sale victorioso.
Del libro:
“ASCENSIÓN METAFÍSICA”, de Rubén Cedeño; pág.97/98. Edición conjunta: EDITORIAL
MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.
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