Encuentra cuatro consuelos aquí y ahora.
El discípulo que tiene la mente libre de odio, malicia, de
manchas, con la mente purificada, encuentra cuatro consuelos aquí y ahora.
Supongan que hay un más allá y que hay fruto, resultado de
acciones buenas y malas.
Entonces, es posible que en la disolución del cuerpo después de
la muerte, aparezca en el mundo celestial, el cual posee el estado de gozo.
Este es el primer consuelo que encuentra.
Ahora supongan que no hay más allá y que no hay efectos, ni
resultado de acciones buenas y malas.
Sin embargo, se mantiene en este mundo, aquí y ahora, libre de
odio, libre de malicia, seguro, saludable y contento.
Este es el segundo consuelo que encuentra.
Supongan que los resultados malos caen sobre un hombre que actúa
mal, y tú permaneces pensando en no hacerle mal a nadie.
Entonces no es posible que resultados malos te afecten si no
haces malas obras.
Este es el tercer consuelo que se encuentra.
Supongan que resultados malos no caen sobre un hombre que actúa
mal
.
Entonces, de todos modos permanece purificado.
Este es el cuarto consuelo que encuentra.
El discípulo que posee tal mente libre de odio, malicia, sin
mancha y purificada, es aquel que encuentra, aquí y ahora, los cuatro
consuelos.
Del libro: “Enseñanzas del Señor Gautama”, de Gautama Buddha;
pág, 48/49.
Edición conjunta: GRUPO METAFÍSICO DE CARACAS SEDE CENTRAL &
EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.
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