Para que nunca nos falte la comida
Para que nunca nos falte
la comida, cada vez que nos sentemos a comer, démosle gracias a Dios por los
alimentos recibidos;
extendamos las palmas de las manos sobre la comida y
digamos:
“Amada Presencia de Dios,
bendice estos alimentos y las manos que los prepararon.
Gracias Padre”.
Del libro: “PROVISIÓN”,
de Rubén Cedeño.
–Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTASCIÓN &
EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA
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