viernes, 5 de abril de 2013

No hay angustia que “El Cristo” no pacifique.


CRISTO PACIFICADOR

 

No hay angustia que “El Cristo” no pacifique.

En medio de un conflicto, tiroteo o guerra, centrémonos y afirmemos:

“El Cristo es Paz”.


Si una persona está intranquila por cualquier motivo, uno puede focalizar “El Cristo” de esa persona para aquietarla.

Cerremos los ojos y pensemos:

“Yo me meto dentro de tu Cristo para aquietarte”.

El tratamiento que aplicamos dice así:

“Aquietaos… y sabed que Yo Soy Dios”.

“Aunque tiemble la tierra… aunque se conmueva el seno del mar… aunque se espumen y agiten las olas, aunque retiemblen los montes a su empuje… túrbense las naciones… vacilen los reinos… no temeremos porque en medio está Dios”.

“Pilares”, de Rubén Cedeño. –Edic. conjunta: EDIT. MANIFESTACIÓN & EDIT. SEÑORA PORTEÑA.


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