CRISTO
PACIFICADOR
No hay angustia que “El
Cristo” no pacifique.
En medio de un conflicto,
tiroteo o guerra, centrémonos y afirmemos:
“El
Cristo es Paz”.
Si una persona está
intranquila por cualquier motivo, uno puede focalizar “El Cristo” de esa
persona para aquietarla.
Cerremos los ojos y
pensemos:
“Yo me meto dentro de tu
Cristo para aquietarte”.
El tratamiento que
aplicamos dice así:
“Aquietaos…
y sabed que Yo Soy Dios”.
“Aunque
tiemble la tierra… aunque se conmueva el seno del mar… aunque se espumen y
agiten las olas, aunque retiemblen los montes a su empuje… túrbense las
naciones… vacilen los reinos… no temeremos porque en medio está Dios”.
“Pilares”,
de
Rubén Cedeño. –Edic. conjunta: EDIT. MANIFESTACIÓN & EDIT. SEÑORA PORTEÑA.
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