lunes, 15 de abril de 2013

¿Y quién realmente toma la decisión de conocerse a sí mismo?


CONÓCETE A TI MISMO



En el pronaos del Templo de Apolo, en Delfos, se leía: “CONÓCETE A TI MISMO”, un mandato muy propio del Segundo Rayo Dorado de la Sabiduría.

Esta frase le ha dado la vuelta al mundo entero y se ha mantenido vigente a través de las edades.

¿Y quién realmente toma la decisión de conocerse a sí mismo?
Esto es todo un tema.
Se necesita entrega, humildad para reconocer los propios defectos, escuchar mucho a los que saben, investigar dentro de uno mismo, descubrir las energías internas que nos mueven las demás personas cuando las tratamos, sobre todo las que nos caen mal o nos molestan.

A veces es difícil conocernos a nosotros mismos, porque es observar y darnos cuenta de lo que somos sin que participe nuestra imaginación; pero generalmente no nos damos cuenta de nosotros, de lo que nos conviene y lo que no, de nuestras mentiras, negligencias, fallas, absurdos; creemos que somos perfectos pero no es así.

En ocasiones, empezamos a medio detectar algo de nuestras fallas, pero casi no nos vemos.

“Rayo Dorado”, de Rubén Cedeño. –Edic. conjunta: EDIT. MANIFESTACIÓN & EDIT. SEÑORA PORTEÑA.

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