SIN CORONA
Yo puedo decirles, que todo aquel que
representa a la Hueste Ascendida de la Luz, para ser un verdadero representante,
no requiere cierta medida de alto o de ancho, sino una medida de humildad, pues quien sea el mayor entre ustedes ¡SIEMPRE SERÁ EL MENOR!
En Luxor hemos visto, que tanto los reyes como
los faraones, como los individuos ordinarios de Oriente y Occidente, todos esos
que se ponen la corona del poder temporal, a menudo no entran ni siquiera al
Primer Templo, porque tendrían que aceptar el hecho de que un miembro de la
clase más baja de su propia nación, esté en el templo junto a ellos, como su
próximo hermano o hermana.
Invariablemente, colocamos a esas personas
tercas, que tienen una conciencia llena de orgullo por el prestigio personal,
junto a los intocables, pues, ¿dónde quedan la corona, el cetro y las túnicas
de la autoridad temporal, cuando se toman esas interacciones?
Cada hombre, mujer y niño está vestido de
igual modo, y solo su propia luz lo hace avanzar hasta el punto de la
graduación, donde el individuo se corona como Maestro de la Llama de la
Ascensión.
“Reino de Bey”;
Serapis Bey. –Edición
conjunta: EDIT. MANIFESTACIÓN & EDIT. SEÑORA PORTEÑA.
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