SEPAMOS QUÉ
DEBEMOS CAMBIAR
Cuando nos miramos al espejo, y estamos cada
vez más feos y demacrados, porque no sonreír, DEBEMOS CAMBIAR.
Cuando creemos que lo sabemos todo, y
pasamos el tiempo corrigiendo a los demás, regañándolos y amargándoles la existencia,
DEBEMOS CAMBIAR.
Cuando no disfrutamos de la familia y los
amigos por estar achacándoles defectos a cada instante, DEBEMOS CAMBIAR.
Cuando creemos que los demás están
equivocados, y que solamente nosotros tenemos la razón, DEBEMOS CAMBIAR.
Cuando nos aturdimos a tal punto con el
trabajo, que no compartimos relajadamente con la familia y los amigos, DEBEMOS
CAMBIAR.
Cuando creemos que ser buen familiar y amigo
es solamente suministrar cosas materiales, DEBEMOS CAMBIAR.
Cuando en una reunión con varias personas
somos el único que habla y no hay diálogo, DEBEMOS CAMBIAR.
Cuando desatendemos al que se encuentra a
nuestro lado por estar hablando con el teléfono móvil, DEBEMOS CAMBIAR.
Cuando no nos alimentamos enérgicamente
porque siempre estamos apurados, DEBEMOS CAMBIAR.
Cuando no nos tomamos un tiempo para
disfrutar de la música, el arte, la poesía, el paisaje y la gente que nos
rodea, DEBEMOS CAMBIAR.
Del libro: “Pilares”, de Rubén Cedeño. –Edición conjunta: EDITORIAL
MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.
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