UNA VEZ, UNA MUJER FUE A PEDIR
CONSUELO A DONDE ESTABA EL SEÑOR GAUTAMA
Una vez, una mujer a la que se le había muerto su hijo, fue llorando a
donde estaba el Señor Gautama, para pedirle consuelo y ver qué podía hacer.
El Señor Gautama le dijo que la iba a consolar y le daría respuesta a
su dolor, si ella le traía un grano de arroz de la casa en que no hubiera
muerto nadie.
Esta mujer se fue, y pasaron años y años; ella toco de puerta en
puerta, buscando un grano de arroz de esa casa donde no se hubiera muerto
nadie, pero no la pudo encontrar.
Cuando volvió a donde estaba el Señor Gautama, Él le dijo:
“¿Cómo quieres que yo te consuele de algo de lo cual sufre todo el
mundo?”.
Libro: “Provisión”, de
Rubén Cedeño.
Editorial Manifestación & Editorial Señora Porteña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario