PENSEMOS BIEN,
PARA ATRAER COSAS BUENAS
Dios es el Bien perfecto, y Dios es
únicamente causa de Bien perfecto.
Dios nunca envía enfermedades, problemas,
accidentes, tentaciones ni muerte, como tampoco autoriza tales cosas.
Las atraemos sobre nosotros mismos como
consecuencia de nuestro pensar equivocado.
Dios, el bien, solo puede causar el bien.
Una misma fuente no puede producir aguas
dulces y amargas.
Libro: “Servicios”,
de Rubén Cedeño.
Editorial Manifestación & Editorial
Señora Porteña.
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