EL AMOR DIVINO
BUSCA SIEMPRE ESTIMULAR Y DESARROLLAR EL
BIEN EN CUALQUIER PARTE DE LA VIDA, SEA HUMANA, ELEMENTAL O CUADRÚPEDA
Cuando este Amor Divino es verdaderamente el
motivo detrás de TODAS las actividades, el bien responde y se expresa a través
de la vida así amada.
San Francisco de Asís fue un ejemplo de la
expresión de ese Amor Divino, y hasta las bestias de los campos, sintiendo su
amor, respondían con la mejor intención que eran capaces de manifestar.
Ustedes, sirviendo a la humanidad, pueden
rendir un servicio cósmico AMANDO EL BIEN EN CADA SER HUMANO, aunque ni
siquiera conozcan su nombre, su raza o nación.
Rubén Cedeño; libro: “Rayo
Rosa”
Editorial Manifestación & Editorial
Señora Porteña
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