EL PRINCIPIO FUNDAMENTAL
QUE SE DEBE APRENDER NO ES COMO PRECIPITAR, SINO QUÉ
PRECIPITAR Y CÓMO CONTROLAR LO PRECIPITADO.
Si ustedes visualizan sus
conciencias como la suma total de sus
pensamientos y sentimientos, verán que la energía pura precipitada a través de
la conciencia del individuo se convierte en una vertiente de pensamientos,
sentimientos y emociones.
Para precipitar conscientemente, uno debe cambiar la calificación de la energía en su
interior.
Ustedes podrán afirmar:
“YO
SOY LA PRESENCIA PRECIPITADORA en acción, precipitando Perfección en mi mente,
cuerpo, ser, mundo y asuntos”.
También podrían decretar:
“YO
SOY EL USO del Poder de Precipitación DE LOS MAESTROS ASCENDIDOS”.
Maestro Hilarión; libro: “Recintos
de Curación”
Grupo Editorial Metafísica;
Editorial Señora Independencia & Editorial Señora Porteña
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