MUNDO ELEMENTAL
Debo añadir un párrafo a la revelación que te estoy
haciendo respecto a los mundos invisibles, por ahora, pues a medida que avance la Era se irán despertando células dormidas en los cerebros y todo
el mundo podrá ver y oír lo que ocurra en esos "mundos invisibles" el
dicho de Jesús a propósito "del último enemigo a vencer", que Él dijo
que sería la muerte, se refirió a que todos podremos ver a nuestros seres
queridos, que están los planos de desencarnados, verlos, oírlos, conversar con
ellos, participar en sus vidas actuales y ellos en las nuestras y por
consiguiente sabremos que la muerte no existe. Los podremos ayudar y ellos a
nosotros.
Será la unidad completa de todos los mundos.
Otra cosa qué aprenderemos es la verdad del Mundo Elemental, lo sabremos sin lugar a dudas porque lo veremos y lo escucharemos.
Si lo que te voy a referir te es imposible de creerlo, por ahora, déjalo pasar. Pero no te aferres en afirmar que no es verdad, no sea que cuando lo estés afirmando se te despierte una célula dormida y VEAS aquello que estás negando. ¡Que compromiso! ¿Cómo haces entonces para tragarte tus propias palabras?
El Reino Elemental se compone, ¡de los cuentos de tu infancia!
Todo aquello que tu creías y que luego desechaste como pueril,
infantil, fantasías de niňos.
Resulta ser lo que dijo el Maestro Jesús:
Resulta ser lo que dijo el Maestro Jesús:
¡"Dejad que los niňos vengan a Mí porque de ellos es el Reino de los
Cielos"!
El Reino Elemental, comprende las hadas, los gnomos, los silfos, las ondinas, las sirenas, las salamandras...y ¡cuidado! no se te ocurra negarlos, porque mientras los repudies no lograras verlos.
El Reino Elemental, comprende las hadas, los gnomos, los silfos, las ondinas, las sirenas, las salamandras...y ¡cuidado! no se te ocurra negarlos, porque mientras los repudies no lograras verlos.
Feliz
aquel que se le despierten sus células dormidas y que no esté aferrado a sus
creencias materiales, mortales, porque verá el Reino de los Cielos.
Gozará de las Bienaventuranzas números, uno y seis...
Bienaventurados los "pobres en espíritu" porque de ellos es el Reino de los Cielos....
Bienaventurados los "limpios de corazón" porque ellos verán a Dios.
Los "pobres en el espíritu" no es lo mismo que los "pobres de espíritu". Los "pobres en el espíritu" son aquellos que no están cargados de riquezas intelectuales que les impidan creer la inocencia del Reino.
Todo aquel que enrosca el labio con una sonrisa sarcástica ante los "cuentos de hadas" que vamos a referir, son "ricos" a quienes les costará mucho entrar al Reino de los Cielos, tanto como a un camello entrar por el ojo de una aguja.
¡Pobres! No gozarán de ver a los gnomitos en su tarea diaria, ni a las ondinas destilando el agua con que nos sacíamos las sed y bañamos nuestros cuerpos y regamos nuestros jardines! ¡Comerán sus frutas sin amor, cortarán las rosas sin amor! ¡No verán las hadas tejiendo sus chinchorros del aire y meciéndose a la brisa! ¡No conocerán a los gnomos fabricando hojas, tallitos de grama, pétalos de flores, gramitos de tierra! ¡Todo esto seguirá siendo película de Walt Disney para aquel ricacho en el espíritu que tenga sucio el corazón!¿Alguna vez te ha ocurrido el ver unos puntitos de luz como gusanitos que se retuercen en el aire? Esos son los hijitos más chiquititos del Padre. Son elementales que aún no les ha sido adjudicada una tarea. Cuando se hayan saciado de jugar en la luz, ellos mismos buscan algo en qué ocuparse, y los Devas y los arcángeles los enseñan.
Aprenden a imitar agua, fuego, aire. tierra, flores, hojas, tallos, frutas, partículas por supuesto. Ellos sólo tienen una inteligencia rudimentaria, un don de imitación que los hacen transformarse en aquello que ven. Pero cuando por fin aprenden a convertirse en su objetivo y lo reproducen a la perfección en olor, color, forma, textura y duración, ejercen su tarea por siglos.
Gozará de las Bienaventuranzas números, uno y seis...
Bienaventurados los "pobres en espíritu" porque de ellos es el Reino de los Cielos....
Bienaventurados los "limpios de corazón" porque ellos verán a Dios.
Los "pobres en el espíritu" no es lo mismo que los "pobres de espíritu". Los "pobres en el espíritu" son aquellos que no están cargados de riquezas intelectuales que les impidan creer la inocencia del Reino.
Todo aquel que enrosca el labio con una sonrisa sarcástica ante los "cuentos de hadas" que vamos a referir, son "ricos" a quienes les costará mucho entrar al Reino de los Cielos, tanto como a un camello entrar por el ojo de una aguja.
¡Pobres! No gozarán de ver a los gnomitos en su tarea diaria, ni a las ondinas destilando el agua con que nos sacíamos las sed y bañamos nuestros cuerpos y regamos nuestros jardines! ¡Comerán sus frutas sin amor, cortarán las rosas sin amor! ¡No verán las hadas tejiendo sus chinchorros del aire y meciéndose a la brisa! ¡No conocerán a los gnomos fabricando hojas, tallitos de grama, pétalos de flores, gramitos de tierra! ¡Todo esto seguirá siendo película de Walt Disney para aquel ricacho en el espíritu que tenga sucio el corazón!¿Alguna vez te ha ocurrido el ver unos puntitos de luz como gusanitos que se retuercen en el aire? Esos son los hijitos más chiquititos del Padre. Son elementales que aún no les ha sido adjudicada una tarea. Cuando se hayan saciado de jugar en la luz, ellos mismos buscan algo en qué ocuparse, y los Devas y los arcángeles los enseñan.
Aprenden a imitar agua, fuego, aire. tierra, flores, hojas, tallos, frutas, partículas por supuesto. Ellos sólo tienen una inteligencia rudimentaria, un don de imitación que los hacen transformarse en aquello que ven. Pero cuando por fin aprenden a convertirse en su objetivo y lo reproducen a la perfección en olor, color, forma, textura y duración, ejercen su tarea por siglos.
Ellos encarnan la paciencia infinita.
No conocen el tedio, aunque si conocen lo que es sentirse mal, incómodos, soportando un ambiente para el cual no nacieron, como es el de tener que reproducirse en la inmundicia que dejan los humanos en el agua, en la tierra, entre el crimen, las guerras, el odio, la vergüenza, el egoísmo. Ya que el premio que ellos acostumbran esperar, es la aprobación y el amor de los humanos.
Ellos sí se sublevan ante el desamor y la ingratitud de aquellos a quienes sirven, y esos son los cataclismos, los terremotos, los huracanes, las inundaciones y todas las desgracias provocadas por la naturaleza y que no son sino la rebeldía de elementales desesperados.
Ámalos, alábalos, expresales las gracias, en especial al elemental que tiene la tarea de formar de nuevo tu cuerpo en cada encarnación y de mantenerlo en buen estado de funcionamiento para que no seas de los que participen en futuros "desastres naturales" y para qué elemental de tu cuerpo te tome cariño y que atienda bien, te mantenga sano y hermoso.
Libro: Metafísica 4 en 1 - Vol.1
Conny Méndez
Gracias María Jesús del Rio !
Conny Méndez
Gracias María Jesús del Rio !
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