miércoles, 26 de octubre de 2011

AMAR SIN APEGOS


Por Sebastián Wérnicke
Tú puedes tener una re­lación estable, formar una familia y sostener una sola relación de pareja en tu vida, puedes hacer todo esto y aún no estar apegado a tu pareja, hi­jos, trabajo, posesiones y demás...
No estar apegado no quiere decir no tener relaciones con la gente ni renunciar a una relación estable de pareja. El amor sin apego no es indiferencia, todo lo contrario, es un amor más puro que el que comúnmente conocemos, porque no está manchado por los celos, el egoísmo y la posesividad.
El sexo libre tampoco es una forma de desapego, porque quién lo hace está apegado al sexo y muchas veces la gente no profundiza en una relación por miedo a apegarse a la persona y que luego la relación se acabe, lo que le causaría mucho sufrimiento, como seguramente ya le sucedió en el pasado.
El aprendizaje del desapego no es de la metafísica. Es quizás una de las enseñanzas más importantes, trascendentes, difíciles de realizar y quizás la más grande que jamás se le haya dado a la humanidad.
Quien mejor la explicó fue el señor Gautama, como también lo hizo Krishnamurti.
No es extraño que no la comprendas y que sientas ahora que no puedes vivir con desapego. Sigue apegándote como hasta ahora lo has hecho, pero no dejes nunca de observar y observarte para que veas lo que hace el apego en las personas. Quizás descubras en esa observación que, como nos enseñó el Señor Gautama, el apego a persona, situaciones y cosas (los deseos) es la causa de todos los sufrimientos de la humanidad. 

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