Los Maestros Ascendidos no son deidades ni las estatuas de las diversas religiones. Conocerlos, llamarlos e invocarlos no significa que seamos politeístas y los estemos adorando. Son Seres de servicio, y los que se suman a trabajar con los Maestros, son las personas que estén dispuestas a laborar como Ellos lo hacen.
No podemos establecer contacto con ningún Maestro si no deseamos trabajar en pro de una causa humanitaria. Se los puede invocar, pidiendo asistencia e iluminación para que intercedan ante Dios en ayuda nuestra y de los demás. A nadie se le debe obligar a creer en Ellos, pero aunque no se los reconozca, dirigen el destino de la humanidad y son los que deciden la evolución y hacen cumplir la Voluntad de Dios sobre la Tierra.
Con las tendencias y facultades que tenemos, somos canalizados en la actividad de un Rayo de Dios y podemos trabajar bajo la radiación de un Maestro perteneciente a uno de estos Rayos.
Depende de lo que hagamos, según el Rayo al que pertenezcamos, nos podemos unir al propósito con el que uno de Ellos trabaja, para así poderle servir a la humanidad unidos a la fuerza espiritual que Ellos poseen.
La vida tiene un orden y una clasificación, a través de las actividades de los Siete Rayos, y es por medio de estos Rayos que nos unimos -por ley de afinidad- a uno de estos Maestros.
El Sendero es un nombre metafórico que se le da a los requisitos que se cumplen cuando uno decide tomar el camino de trabajar de acuerdo "Al Propósito que los Maestros conocen y sirven" R.C.
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