Estamos frente al Arcángel que expulsó a Adán y Eva del Paraíso.
Dios lo puso para cuidar que esto se cumpliera.
Su mano lleva una espada de fuego. Nadie pasará por allí si Él no lo permite, está para cuidar el Paraíso.
También podemos pedir su ayuda para cuidar nuestro Paraíso, nuestro mundo, las cosas que amamos.
Su mano será firme y no permitirá que nada ni nadie nos quite lo que hemos obtenido con amor, sacrificio y trabajo.
Cuando nos sentimos amenazados por alguna circunstancia, podemos pedir su ayuda. Si le pedimos, podremos dormir y descansar plácidamente porque Él cuidará de nosotros y de nuestra familia para que no ingrese el mal a nuestra casa.
Junto con Miguel son los Príncipes guerreros que lucharán por nuestro bien, por nuestra alegría y permanecerá a nuestro lado en las situaciones de peligro, con sólo pedírselo.
Luego de pedirle, ocupemos nuestro tiempo en descansar, trabajar o realizar lo que deseamos sin temores nuestro hogar estará en orden.
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