viernes, 4 de mayo de 2012

SABADO: SEPTIEMO RAYO DEL PERDÒN, TRANSMUTACIÒN, MAGIA, LIBERTAD





PERDONA NUESTRAS OFENSAS, ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN

En esta parte del Padre Nuestro nos ubicamos en el Pilar de Fuego Violeta que rodea a la personalidad. 
Aquí se pone de manifiesto el fragmento del Padre Nuestro que atañe al Cuerpo y al Plano de los sentimientos, o Astral, que es el plano de las emociones, porque allí se encuentra el origen de los sentimientos y actitudes de perdón. 
“Astral” quiere decir “aquello que tiene relación con los astros”.

 El plano Astral recibe este nombre debido a que los astros son tan cambiantes como la naturaleza emocional; también, a causa de un tipo de luminosidad existente en él, como la emanada por los astros al atardecer. 
Es el Plano que impele a la acción. Uno se mueve porque tiene deseos de hacerlo. Las piedras no se mueven ni caminan porque no tienen Cuerpo Astral.

Hay que realizar el Perdón, no importa cuánto cueste. 
Tenemos que perdonar a quien nos abandonó y nos dejó llorando, también a ese que puso en boca de todos nuestros secretos y vida íntima para avergonzarnos, a aquel que se robó el evento, a la que nos copió el traje o el libro y lo plagió, al que dañó nuestro automóvil o la máquina, al que no quería cancelarnos el sueldo o lo que nos debían, a la que agarró los reales, al que nos acusó de ser comerciantes cuando lo estábamos regalando todo. 

Para esto es necesario recurrir al uso del Fuego Violeta.

Solamente perdonando a los demás es que Dios nos va a perdonar nuestras faltas, que por orgullo no reconocemos. 
Sólo si perdonamos, seremos perdonados, si no, no.

Si decidimos no perdonar, no seremos perdonados por Dios, y será inútil que le supliquemos

Tal vez la primera parte, “Perdona nuestras ofensas”, nos guste muchísimo, pero  que nos perdonen “así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, sea difícil. 

Hay que perdonar, cueste lo que cueste. 
Así como perdonamos, debemos bajarnos del “pódium del orgullo personal” y tener suficiente humildad como para pedir perdón por todas nuestras faltas. Uno no pide perdón por egotismo, orgullo, altivez, sobrepreciarse, creerse más que los demás. 

No hay nada de oprobioso en pedir perdón. 

Nuestras almas se engrandecen cuando pedimos perdón; nos liberamos de toneladas de culpabilidad. 

“Perdonar  y ser perdonados es divino”. 

Jesús es el  Gran Señor del Perdón.
  
Como es arriba es abajo. 

Si no perdonamos a los demás por las cosas malas que nos hacen, nunca seremos perdonados nosotros. Queremos que nos perdonen, pero eso de perdonar a los demás no lo hacemos. Si lo hiciéramos, no tendríamos tantos problemas, porque cuando uno perdona, se quita de encima odios, enfermedades, pobreza…pues toda la pobreza y la miseria que nosotros pasamos, es por falta de perdón. 

En la medida que tú perdonas, esas cosas negativas se van de tu mundo.

Esto de los perdones es negocio muy redondo, ya que perdonar para que nos perdonen no es mala inversión.

Sintamos cómo el alimento espiritual y físico fluye de Dios hacia nosotros, y cómo perdonamos a todo el que nos ha hecho algo desagradable, al igual que somos perdonados de nuestros errores, por Ley de Correspondencia. 

Si no perdonas a los demás, no esperes ser perdonado nunca; ésta es la ley que sutilmente nos enseña y nos hace pronunciar Jesús en el Padre Nuestro.
En la medida en que perdonamos, las cosas negativas se van de nuestro mundo. La manera de hacerlo es muy sencilla; a todo  el que nos haga algo negativo, digámosle:

“Te perdono”. 

Si nos cuesta, repitámoslo tantas veces como sea necesario hasta que sintamos ese perdón; cada vez que nos pidan perdón, perdonemos, y no digamos la frasecita estúpida: “yo no tengo nada que perdonarte” o “no soy Dios para perdonarte”. 

Cuando no perdonamos a alguien, esa energía es tan negativa que, por Principio de Correspondencia, nos cierra la puerta a las cosas buenas; así que es urgente que perdonemos a todo el que necesite nuestro perdón.


Del libro: “PADRE NUESTRO, METAFÍSICA”,  de Rubén Cedeño, pag. 47 a 49. – Edic. Conj.: EDIT. MANIFESTACIÓN DEL GPO METAFÍSICO DE CARACAS SEDE CENTRAL & EDIT. SEÑORA PORTEÑA

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