CONSAGRACIÓN COMPLETA AL SERVICIO
El servicio
del Ángel Guardián implica una completa consagración a la tarea que emprendió.
Es una tarea obligatoria, que involucra no sólo servicio sino también la
pérdida de su libre albedrío de hacer lo que le plazca después que se vincula
con un individuo. Incluso durante las horas en que su protegido duerme, el
Ángel Guardián no cesa de vigilar.
Como ya sabemos, aunque el cuerpo físico
duerme, los cuerpos sutiles del ser humano están totalmente despiertos y
deambulan a discreción.
Si en reencarnaciones anteriores la conciencia del
individuo se asoció con lugares y obras que no están en conformidad con la
Voluntad de Dios, existe la posibilidad de que aún al presente, durante las
horas de sueño, él tenga el deseo de volver a repetirlas.
Incluso
mientras el cuerpo duerme durante la noche, la conciencia humana está
continuamente tejiendo, con la fuerza de vida, formas y figuras fantásticas que
interpreta como "sueños"; y, sin embargo, quizás el hombre se
sorprendería al saber que, por Ley Cósmica, es responsable por este gasto
inútil de energía, que solo incrementa el volumen de efluvio que compone los
ámbitos síquico y astral donde el ser humano mora.
En tales casos, la Ley
Cósmica requiere que el Ángel Guardián siga al alma, y que en cada oportunidad
proyecte sus rayos purificadores sobre la conciencia del ser humano para
encaminarlo hacia la perfección.
Por otra parte, si el hombre le pide al Ángel
Guardián que durante las horas de sueño lo lleve a uno de los Retiros de los
Maestros (como el Royal Teton, el Templo de la Ascensión o cualquier otro), el
Ángel Guardián lo hará con gusto y gozosamente ya que el servicio es su razón
de Ser.
Un poco
antes se hizo referencia al entrenamiento que recibe el Ángel Guardián, y a la
necesidad que él tiene de adquirir las cualidades de Paz y Tranquilidad de
manera que sea capaz de transmitírselas a su protegido, de ser necesario.
En
caso de enfermedad, esto adquiere una importancia primordial, y para que el
Ángel Guardián tenga éxito en su trabajo, el individuo debe estar en paz; su
mundo emocional, tranquilo; y su mente, relajada.
En la mayoría de los casos
esto no sucede, y el hombre, ya sea por inhabilidad o por ignorancia, no
coopera, lo que da como resultado que los mejores esfuerzos del Ángel
Ministrador caigan en el vacío.
El Poder de
Invocación, instintivo en todo ser, es expandido en gran medida en el Ángel
Guardián. En calidad de miembro del Reino Angélico, él tiene a su alcance todas
las cualidades y virtudes de la Divinidad; y contando con poderes intuitivos
maduros, él conoce sin lugar a error la necesidad de su protegido.
En caso de
que el Ángel Guardián encuentre que sus poderes son inadecuados para hacerle
frente a lo que se le demanda, él puede invocar (y lo hace) poderes superiores
para que vengan a asistirlo, los cuales, considerando primero las deudas
kármicas del individuo, le conceden la ayuda requerida.
Básicamente, los Ángeles Guardianes de vez en cuando tratan de atraer
los cuatro cuerpos inferiores del ser humano hacia algo constructivo, y de
mantenerlos allí.
Su más ferviente deseo es que el individuo a su cargo avance
en la escalera de la evolución, y que no retroceda.
Es un servicio que ellos
quieren prestarle no sólo a un individuo, sino a la raza en su totalidad.
Así
podemos ver un aspecto del servicio que presta el Reino Angélico, un Reino que
millones de seres en la raza humana ni siquiera reconocen que existe.
Aunque el
Ángel Guardián, como una unidad, ministra a un solo individuo, en el caso de su
Director y Líder, el Arcángel Uriel, su servicio trasciende al individuo y
comprende a toda la humanidad, a todo el Reino Elemental, y a todo ser dentro
del Anillo-No-Pase del Planeta.
Del LIBRO DE LA VIDA (pág. 304-305) - Autor: MAESTROS
ASCENDIDOS
Edición Conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN &
EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA
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