DEVOCIÓN
La devoción es una
cualidad propia de las religiones, que pertenece al Rayo Oro-Rubí, y como la
Era de este Rayo ya pasó –debido a la entrada de la Nueva Era- personas de “Intelectualidad
Espiritual” se han puesto en contra de la devoción y práctica mística de
algunas religiones.
Irse al extremo de la “Intelectualidad
Espiritual” o al exceso de la “Devoción Ciega” es igualmente peligroso.
Debemos andar siempre por
el camino del medio que el Gautama Buddha nos enseñó.
Con la entrada del Rayo
Violeta y la Era de Acuario va a ser equilibrada la devoción con la sabiduría y
el razonamiento espiritual, pero esto no significa que se dejará de amar a Dios
devotamente.
Por la devoción, mucha
gente ha ascendido y solucionado múltiples problemas.
Por devoción al Maestro
Jesús, se sostuvo espiritualmente el mundo occidental durante la Dispensación
Cristiana; por devoción al Señor Gautama, se han mantenido millones de almas
durante 2600 años en todo el Oriente.
Y antes que Jesús y
Gautama, por devoción a los Vedas, la Biblia, el Libro de los Muertos y otros
libros sagrados, se ha sostenido la espiritualidad de la humanidad a través de
los tiempos.
Por eso no podemos ir en
contra de la devoción.
La
devoción es la forma en que Dios sostiene el amor hacia Él, tanto en sus hijos
más pequeños como en los más grandes.
Donde
no puede penetrar el Conocimiento, llega la Devoción para iluminar la mente
humana.
Cuando
en los embates de la vida, el conocimiento ya no nos puede sostener, la
devoción a Dios nos levanta y eleva a los más altos pináculos de la espiritualidad.
Es
sabio sostener la devoción en nuestras almas para endulzar el arduo camino del
conocimiento.
Del libro: “Religiones”, de Rubén Cedeño; pág.
22/23.
-Edición conjunta:
EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.
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