SIN CAMINOS
El Sendero Espiritual, como un
caminito –bien sea de flores o con espinas-, no existe.
No es que algún día va a venir un
maestro vestido de blanco,
te va a poner la mano encima y te va a decir:
“Usted está iniciado, ya comenzó el sendero”.
Eso no existe, es mentira.
El Sendero es la vida misma;
es el grupo espiritual al que
perteneces; te lo hacen los estudiantes a los que les facilitas la instrucción;
está en la calle,
la oficina donde trabajas,
la empresa donde te encuentras.
Del libro: “Shamballa”, de Rubén
Cedeño; pág. 74.
Edición conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN
& EDITORIAL SEÑORA PORTEÑA.
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