EJERCICIOS DEL RAYO DORADO
No podemos volver a decir más nunca mientras
vivamos:
“Yo no sé. No sé nada de esto”.
Eso cierra las puertas de acceso a la
Sabiduría de lo que requerimos saber.
Tomemos una actitud contraria y digamos:
“La Sabiduría
Divina dentro de mí, sabe esto”.
“La Sabiduría
Divina dentro de mí, resuelve esto ahora mismo”.
Todo el que desenvuelve la Sabiduría está
cerca de DIOS.
Para que constantemente estemos cultivando
la Sabiduría, repitamos siempre:
“Yo Soy la
Sabiduría de la Mente de Dios”.
Desplegando las manos desde arriba hacia los
lados, digamos:
“Yo Soy
desplegando la Gloria de la Sabiduría”.
El Rayo Dorado produce gloria en todo el que
lo invoca.
Los santos que vemos en la Gloria llegaron a
esto gracias al Rayo Dorado.
“Rayo Dorado”; Rubén Cedeño. –Edición conjunta:
EDIT. MANIFESTACIÓN & EDIT. SEÑORA PORTEÑA.
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