PESEBRE
El Pesebre es la representación del nacimiento del Maestro Jesús en la
Gruta de Belén por medio de siete imágenes.
Es un campo de fuerza, energía y atracción de sublimes bendiciones;
foco radiante de paz para la Tierra, que beneficia al que lo hace, contempla y
lo tiene cerca, porque posee los símbolos espirituales más grandes que pueden
existir, simbolizando al nacimiento de Dios dentro de nosotros.
Es muy beneficioso poner un Nacimiento en la casa, vayamos o no a
estar en ella durante la Navidad, ya que ayuda a construir una red de Luz
Planetaria que se forma a través de todos los nacimientos, para el
restablecimiento de la paz, el equilibrio económico y el anclaje definitivo de
la Libertad y la Justicia en la tierra.
En cada Navidad, Cristo nace de nuevo en nuestros corazones, al vivir
una hermosa transformación, cambiando favorablemente.
San Francisco, en el pueblo de Greccio, dio idea de hacer pesebres
para la época de Navidad, para que todos sus elementos, como símbolos internos,
le hablaran a nuestro subconsciente, y así espiritualizar las formas, los
sentimientos y pensamientos.
En cualquier sitio en que se coloque un pesebre hay un foco de la
Voluntad, la Sabiduría y el Amor de Dios, extraído de la propia Sustancia
Cósmica Universal del Corazón de la Divinidad.
De todos los símbolos navideños, el pesebre es el de mayor alcance
espiritual.
Todo nacimiento tiene siete piezas esenciales, con los colores
representativos de los Siete Aspectos de Dios, que son:
San José, Azul, la Voluntad de Dios; María, Rosa, el Amor de Dios; el
Niño Jesús, Dorado, la Sabiduría de Dios; Gabriel, Blanco, la Pureza de Dios;
Baltasar, Verde, la Vida de Dios; Gaspar, Naranja, la Prosperidad de Dios; y
Melchor, Violeta, el Perdón de Dios.
Cuando pongas tu nacimiento afirma: “La Divina Presencia de Dios bendice este pesebre.
A quien lo contempla, se le despierta
su Cristo Interior.
Cristo nace en cada corazón humano, y
aquí se ancla el Amado Espíritu de la Navidad”.
MADRE MARÍA: La Madre María, en el lado izquierdo del pesebre,
representa el Rayo Rosa del Amor, o el Aspecto Femenino de la Divinidad.
SAN JOSÉ: San José, del lado derecho del pesebre, simboliza el
Principio Masculino de Dios, la Voluntad, la Fuerza y el Poder Divino.
NIÑO JESÚS: Cuando la energía del Padre y la Madre se unen, se
complementan y producen la Iluminación, el Hijo, el Rayo Dorado de la
Sabiduría.
Las tres energías de Jesús, María y José están dentro de nuestro
corazón como el Cristo Interno.
Por lo tanto, en el pesebre se encuentran los tres Rayos: El Rayo Rosa
del Amor Divino, encarnado por la Madre María; el Rayo Azul de la Fuerza, la Fe
y el Poder, representado por San José; y el Niño Jesús simboliza la Sabiduría y
la Iluminación del Rayo Dorado.
ARCÁNGEL GABRIEL: Es el Rayo Blanco que envolvió en el “Manto de
Invisibilidad” a Jesús, María y José cuando huían a Egipto, para protegerlos de
la matanza de Herodes.
LOS TRES REYES MAGOS: Representan los Tres Rayos restantes: Verde,
Oro-Rubí y Violeta.
Del libro: “Espíritu de la
Navidad”, de Rubén Cedeño; pág. 51/52.
Edición conjunta: EDITORIAL MANIFESTACIÓN & EDITORIAL SEÑORA
PORTEÑA.
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